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La Italia inmigrante quiere legitimarse

El futbol italiano no se puede explicar sin la injerencia de extranjeros.

El futbol italiano no se puede explicar sin la injerencia de extranjeros. Incluso ganó su primer Mundial, en 1934, con cuatro argentinos y un brasileño de nacimiento. Hoy, Mario Balotelli y Stephan El Shaarawy son los símbolos de la nueva etapa del futbol italiano; dos jugadores con raíces africanas, uno de raza negra y otro de ascendencia árabe, que ponen a prueba la tolerancia y tradición de una sociedad que, en cuanto al futbol, radicaliza sus expresiones.

Los dos centros delanteros de la Selección de Italia tienen menos de 23 años y representan a más de 700,000 jóvenes que, al igual que ellos, son hijos de inmigrantes que nacieron en suelo italiano.

Son los símbolos de la llamada segunda generación. La mayoría de los jóvenes, en ausencia de una ley sobre la ciudadanía, debe tener 18 años para poder solicitar la ciudadanía italiana , explicó a El Economista Marco Iaria, periodista italiano de La Gazzetta dello Sport.

Y es que, a diferencia de los campeones del mundo en 1934 y de los recientes casos como los de Mauro Camoranesi y Pablo Daniel Osvaldo, los actuales artilleros de Italia sí nacieron en suelo italiano. Recientemente, Cecile Kyenge, ministra de Integración de Italia, mujer de raza negra, propuso a Balotelli como un testimonio de su lucha política para imponer el principio de jus soli, derecho de suelo en latín, dijo Iaria.

Además de la burocracia del sistema italiano, un obstáculo más perceptible son las expresiones de racismo en el futbol contra personas de raza negra. A pesar de que 52% de los jugadores de la liga italiana son extranjeros, las expresiones de rechazo van directamente a jugadores africanos, que en el Calcio contabilizan 27 jugadores, 10.3% del total de foráneos en el torneo.

Juventus, Roma e Inter de Milán han acumulado 155,000 euros por multas, debido a los insultos racistas de sus aficionados en contra, principalmente, de Balotelli. Según datos de la policía italiana, en el Calcio conviven 412 grupos ultras de aficionados, de los cuales 52 son afines a la extrema derecha y al fascismo, principales promotores de expresiones en contra de jugadores de raza negra.

Casos de racismo, como los que sufrieron Kevin Prince Boateng, Sulley Muntari, Angelo Ogbonna y Mario Balotelli, motivaron a la FIFA a crear nuevas reformas como: multas, partidos a puerta cerrada, pérdida de puntos, eliminación del torneo y pérdida de la categoría, para castigar el racismo en el futbol.

Italia se encuentra, pues, en el dilema de aceptar su nueva realidad y legislar su carácter.

rgs

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