Decídete por la renta variable

Las mejores inversiones las hacen las personas más informadas

Pensemos por un momento, apreciable lector, que eres de los que ya superaron la instancia del ahorro y de quienes ve en los fondos de inversión el instrumento para garantizar el rendimiento de tu patrimonio o recursos.

De hecho, de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles (AMIB), al cierre de marzo pasado, este tipo de instrumentos contaba con más de 2.22 millones de clientes entre personas físicas y morales.

Pero en esta ocasión me quiero dirigir no sólo a ese público inversionista, sino a quien no participa aún en los fondos de inversión, por lo cual mi objetivo es demostrarles la viabilidad del esquema y, dentro de este universo, la ventaja que representa el destinar los recursos a los instrumentos de renta variable.

Sólo para dimensionar el mercado, habrá que decirse que se cuenta con inversiones en este sector por 1.582 billones de pesos al cierre de abril pasado. De esos recursos, poco más de 80% se canaliza en instrumentos de deuda, sólo 20% en portafolios de renta variable.

Antes de iniciar la defensa de los fondos de renta variable, quiero dejarles un dato que avala esta posición. A nivel mundial y en México de forma reciente, las tasas de referencia se encuentran en sus niveles más bajos, ello implica que los instrumentos de deuda o renta fija no garanticen los rendimientos que hasta hace algunos meses se podían experimentar.

Pero aquí el contraste. En un documento compartido por la firma calificadora Fitch, se obtiene que entre el 2002 y el 2012, las sociedades de inversión de renta variable que se encuentran indexadas al Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) obtuvieron un rendimiento anual compuesto de 21.71%, mientras que el Índice de Sociedades de Inversión Común (ISIC) lo hizo en 14.63% y los Cetes 28 ofrecieron 6.49 por ciento.

La frialdad de los números nos deja evidencia de las ventajas que implica el participar en la renta variable. Ahora, hay algunos elementos que deben considerarse y el primero, y a mi parecer más importante, es que este tipo de inversiones deben ser de largo plazo para obtener los resultados comentados; eso implica tener un horizonte de entre tres a cinco años, y si es posible ir más allá, mejor.

Hace algunos días leía que de acuerdo con algunos especialistas, el efecto psicológico de perder 10% al momento de invertir no es similar al de ganar 10% y eso es precisamente lo que tiene que revertir el cliente de instrumentos de renta variable: soportar la tentación de salir cuando los mercados se encuentran en descenso.

En México, la oferta de fondos de renta variable es amplia, habrá que decir que 45% de estos instrumentos corresponde a esta categoría, así que habrá que explorarla, sobre todo cuando la mayoría de las 28 operadoras en el país ofrecen este producto, así que opciones hay, es el momento de decidirse para obtener mejores rendimientos.

*Economista egresada de la UNAM, actualmente funge como Coordinadora de Suplementos Financieros de El Economista.