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Obra pública en los estados registra un año con caídas

El nivel de producción del sector contratante presenta el julio más bajo en los últimos 18 años; recorte al gasto de capital, el motivo.

En julio del 2019, la obra pública de todo el territorio nacional registró un año con caídas en su nivel de producción, derivado principalmente de los recortes presupuestales en el gasto de capital que realizó el actual gobierno federal.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, durante el séptimo mes de este año, el valor de la construcción del sector público generado en las 32 entidades del país ascendió a 10,934 millones de pesos, que significó una disminución anual de 19.6% en términos reales.

Este descenso representó hilar un año con contracciones en la obra pública —el último incremento se mostró en julio del 2018 (2.7%)—; además, si se considera solamente el mes de julio, se observa que en este periodo del 2019 se presentó el peor resultado desde el 2001, es decir, tuvieron que transcurrir 18 años para que estados y municipios vivieran una situación así.

Por tipo de obra, el desplome de 19.6% del sector público se debió a que únicamente cuatro presentaron crecimientos: infraestructura marítima y fluvial (135.6% anual real), oleoductos y gaseoductos (34.2%), refinerías y plantas petroleras (25.1%), y carreteras, caminos y puentes (1.3%); se manifiesta la apuesta de la administración de Andrés Manuel López Obrador por la actividad energética.

Mientras los decrecimientos de doble dígito fueron en montaje de estructuras, instalaciones en edificaciones; escuelas; vivienda; infraestructura para la generación y distribución de electricidad; obras y trabajos auxiliares para transporte; edificios industriales, comerciales y de servicios; hospitales y clínicas; presas y obras de riego; obras de transporte en ciudades y urbanización; obras ferroviarias; entre otros.

Destaca que los tipos obras y trabajos auxiliares para la edificación; infraestructura para telecomunicaciones; obras y trabajos auxiliares para electricidad y telecomunicaciones, y obras y trabajos auxiliares para petróleo y petroquímica no exhibieron recursos en julio del 2018 y del 2019.

Comportamiento contrario

Por región, destaca que las únicas con incrementos en producción de obra pública durante el séptimo mes del presente año fueron sur-sureste (7.8% anual real; lleva tres meses con crecimientos) y Occidente (1.1%; tras dos caídas consecutivas).

No obstante, estos incrementos se dieron por las variaciones positivas en Yucatán (387.5%), Campeche (58.7%) y Tabasco (55.7%), en el caso del sur-sureste, y en Occidente, sólo por Colima (208.5 por ciento).

De hecho, a nivel estatal, Yucatán y Colima fueron los territorios con mayor dinamismo en el país, mientras por monto, los primeros lugares se los llevaron el Estado de México (1,321 millones de pesos) y Campeche (989 millones).

El comportamiento de estas entidades se debe, particularmente, a la apuesta que han realizado los gobiernos estatales, ante la baja en recursos federales, por el tema de infraestructura.

En Yucatán, la administración local se enfoca en la detonación de Puerto Progreso como centro logístico marítimo; la construcción de granjas solares y parque eólicos; el impulso a la vivienda mediante acceso a créditos para todos los trabajadores, así como la diversificación económica mediante la atracción de capital nacional y extranjero en diferentes sectores, como el automotriz.

Por su parte, Colima actualmente consolida la infraestructura turística (obras en Comala), hidráulica (sustitución de la red de agua potable, suministro e instalación de equipo, construcción de líneas de conducción y de alimentación), de seguridad (edificación de complejos), urbana (rehabilitación de parques), deportiva y educativa (nuevos centros), portuaria (diversos trabajos en Manzanillo), por citar algunos ejemplos.

Campeche sobresale por ser un estado que sufrió la crisis petrolera, junto con Tabasco, y que hoy en día muestra señales de recuperación, por medio de una inyección de recursos a obras que permitan su diversificación económica. El Estado de México promedió más de 1,000 millones de pesos mensuales en obra pública en los últimos tres años y medio; una de sus apuestas son los trabajos relacionados con sus nuevos parques industriales.

Es importante recordar que a pesar del recorte presupuestal, como medida de la política de austeridad de la Federación, las prioridades de López Obrador son el sur-sureste (Corredor Transístmico de Tehuantepec, Tren Maya, refinería de Dos Bocas) y programas sociales (no es inversión de capital).

Rezago

Las regiones del país que registraron disminuciones anuales en la producción de obra pública en julio fueron centro-norte (43.4%), centro (39.3%), Bajío (9.7%) y frontera norte (17.1 por ciento).

Por entidad, 22 presentaron caídas, acentuando las más pronunciadas en Zacatecas (73.0%), Nuevo León (65.3%), Nayarit (63.9%), Baja California Sur (60.7%) y Guerrero (57.2 por ciento).

En este sentido, el retroceso de la construcción del sector público en el país se debió, esencialmente, a la baja en inversión física presupuestaria. Según cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, este indicador disminuyó 11.2% anual real en agosto del 2019, consiguiendo siete meses consecutivos con decrecimientos (promedian una tasa de -19.1 por ciento).

Poca confianza

Para Héctor Magaña Rodríguez, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, la caída consecutiva en la obra pública obedece al recorte presupuestal, “el cual se viene presentando desde los últimos dos años del sexenio pasado.

“Lo anterior se traduce en los ajustes a la baja que el desempeño en obra pública ha manifestado. Además de lo anterior, la confianza de los inversionistas privados de la construcción sobre el momento adecuado para invertir no ha mostrado un repunte importante en los últimos dos años, de manera que si el gobierno busca el apoyo del sector privado para realizar obras de infraestructura, difícilmente lo podrá conseguir en lo que resta del año en curso”, dijo.

“En cuanto al tipo de obra, más que por la estrategia del gobierno federal que ha apostado por el sector energético (refinería), se da por situaciones de mantenimiento que son necesarias para mantener el flujo normal de operaciones tanto del sector energético (oleoductos y gasoductos) como del fluvial (sistemas de abastecimiento de agua), de tal forma que el manejo y transporte de dichos bienes continúe de manera regular”, ahondó Magaña Rodríguez.

“Por entidad, los recursos se están distribuyendo hacia los estados que cuentan con un rezago importante en infraestructura, y así tratar de cerrar la brecha con aquellos que poseen mejores condiciones en ese rubro, aunque esto podría limitar la evolución económica de las entidades con mayor participación en el PIB nacional”, señaló.

El director del CIEN indicó que una contracción en obra pública se traduce en un incentivo menos para el crecimiento económico de las entidades.

“Actualmente, la actividad industrial se encuentra en cifras negativas en términos generales y el consumo privado continúa debilitándose. Ante esta situación se requiere de la inyección de inversión pública para incentivar las actividades y evitar una caída en el desempeño de la economía, de no hacerlo, todo el peso de la inversión recaerá en el sector privado, el cual no vislumbra un ambiente de negocios óptimo para realizar inversiones en este momento”, puntualizó.

estados@eleconomista.mx

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