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El Salvador está atrapado en lo que parece un muy mal trade

El presidente Nayib Bukele debe decidir entre hacer real su enorme pérdida con Bitcoin o caer en impago con su deuda por falta de financiamiento, mientras crece el descontento en el país por el uso que le dio a esos recursos.

Foto: Reuters

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, pasará a la historia como el primer gobernante en apostar por Bitcoin como una moneda de curso legal. Todavía falta tiempo para saber si su decisión fue correcta o no (al menos con toda certeza), pero sí sabemos que ha colocado a su país en una posición complicada.

Bukele, un entusiasta de la libertad e independencia que las criptodivisas prometen, fue un férreo defensor de ellas en sus primeros pasos en el poder. Ya en septiembre de 2021 logró convertir a Bitcoin y una criptomina con energía volcánica en los principales proyectos del país, a pesar de las críticas mundiales.

Con un precio máximo histórico cercano a 69,000 dólares en noviembre y un mínimo de 39,700 en septiembre, las compras de Bitcoin del gobierno salvadoreño parecieron salir de Volver al Futuro. No mucho tiempo y sí algunas compras después, con un precio menor a 29,000, ya no son tan espectaculares.

El gobierno de Bukele ha empleado desde septiembre unos 104.2 millones de dólares para adquirir 2,301 unidades que ahora valen sólo 66.27 millones de dólares, según los cálculos realizados con base en las publicaciones del presidente en Twitter y el precio de Bitcoin al mediodía del viernes (28,800 dólares).

Atrapado mientras la percepción de riesgo aumenta

Si bien lo invertido por la nación centroamericana en Bitcoin es una cantidad importante, no es suficiente para quebrar su economía, entre otras razones porque esta pérdida no será real hasta el momento que liquide la posición, algo que un proyecto de largo plazo no va a permitir tan fácil, aunque se hunda más.

El principal problema de esta decisión es que estrangula la paciencia de unos ciudadanos inconformes con el manejo de los recursos públicos, al tiempo que le resta confianza a la deuda del país. Por ello se ha visto en la necesidad de ofrecer un mayor rendimiento a los inversionistas que compense el riesgo.

“La decisión de invertir en Bitcoin ha elevado el nivel de riesgo país, teniendo que pagar más a los inversionistas para acceder a financiamiento internacional, también provoca un desequilibrio en las finanzas públicas que limita la inversión en el desarrollo económico”, explicó Marlin Investment Group.

Esta semana el riesgo país —que contrasta los riesgos de inversión de diferentes países— de El Salvador se ubicó cerca de 25 por ciento. El EMBI (Emerging Markets Bond Index) del país centroamericano apenas se ubicaba cerca de 5% hace un año, antes de que la idea de su presidente se volviera realidad.

Los analistas comienzan a hablar sobre déficit fiscal y, más preocupante, sobre un posible default, pues El Salvador debe pagar 329 millones de dólares en intereses adeudados sobre bonos internacionales este año y 800 millones de dólares en un bono por vencer en enero; Bukele habla de lanzar deuda en Bitcoin.

Expertos han llamado a terminar con el experimento de Bitcoin, una idea compartida por instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que además le advirtió que se acerca a incumplir con las condiciones para recibir un préstamo. Y esto no pasa con países de la región con deudas más altas.

Mala lectura y poco entendimiento

El Bitcoin ha entrado este año en una etapa de debilidad, que ha confirmado su carácter como un activo de riesgo muy sensible en las épocas de incertidumbre. Una persistente inflación en el mundo y la amenaza de una recesión global tienen a la criptodivisa y sus poseedores en una situación difícil.

Sin una salida pronta a la vista, a los ciudadanos les preocupa la inversión en un activo todavía sin formas confiables o comprobadas de valuación, pues está a expensas de la percepción de otros especuladores más astutos. Y sin embargo el precio no es el mayor problema del proyecto de Nayib Bukele.

Octavio Pacheco, analista y experimentado operador del mercado cripto, afirma que el mayor error del presidente salvadoreño es “querer meter el cubo en un orifico para una esfera”, es decir, no comprender las características y el origen de un activo que no es parecido a la inversión tradicional.

“El Salvador no quería una adopción libre de Bitcoin, lo que buscaba era formar una cámara de compensación con su billetera Chivo Wallet, que por cierto son pocos los ciudadanos que la usan. Fue una idea mala rechazada desde un comienzo por el FMI”, explicó este experto en cripto.

Otro error de Bukele, afirmó, es su esfuerzo de lanzar deuda sobre Bitcoin, porque “no puedes poner como subyacente un activo que tiene valoraciones desde menos de 20,000 dólares a más de 400,000 dólares. Los conceptos macroeconómicos no tienen nada en relación con esta tecnología”, dijo.

El precio promedio de compra de los Bitcoin adquiridos por El Salvador es de 29,000 dólares, de acuerdo con la información del propio gobierno, aunque acepta haber hecho compras por más de 40,000 dólares. Su error para estos expertos serían las formas y la escasa comprensión del riesgo.

jose.rivera@eleconomista.mx

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Analista de mercados

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