La mala educación

La semana pasada fueron publicados los resultados del informe del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Estos no fueron muy buenos para los alumnos latinoamericanos que presentaron esas pruebas de matemáticas, ciencias y comprensión de lectura.

Los pésimos resultados son normales dadas las circunstancias en las cuales realizan estas evaluaciones los alumnos de 65 países, pues es el reflejo de lo que está pasando y lo que se está dejando de hacer en materia de educación básica en esta región.

El promedio general de la OCDE en matemáticas no es alcanzado por ningún país latinoamericano. Los mejor posicionados en esta área son Chile y México, y los peor posicionados son Colombia y Perú. También en comprensión de lectura, ningún país de la región alcanza el promedio de la OCDE, donde los mejores son Chile y Costa Rica, y los de peor desempeño son Argentina y Perú. Para no variar, en el área de ciencias, el promedio de la OCDE no fue alcanzado por los países latinoamericanos, siendo Chile y Costa Rica nuevamente los mejores y en los últimos lugares se situaron Colombia y Perú.

Es de llamar la atención que el país latinoamericano con una peor caída en su desempeño en la prueba PISA fue Colombia, pues descendió 10 lugares con respecto a los resultados del 2009. El país que quedo en el último lugar general de entre 65 países fue Perú.

Y esto es resultado de muchas cosas, entre ellas, la pobre instrumentación de políticas económicas y sociales en nuestros países. El país con un mayor gasto en educación es México; sin embargo, sus resultados están muy por debajo de los esperados. Entonces el problema no está en la cantidad de recursos que se destina a la educación. El problema radica en que la mayoría del gasto en educación en nuestros países se destina al pago de remuneraciones del personal.

Y el problema de la mala educación en América Latina es más grave, pues aproximadamente 80% de ese gasto usado para pagar sueldos y salarios es para los trabajadores administrativos y el otro 20% para docentes.

Aunque los gobiernos se pongan la bandera social y se asuman como defensores y promotores de la educación en sus países, no se resolverán los problemas de fondo mientras se siga teniendo una estructura burocrática en la educación básica. Seguiremos escuchando los discursos políticos de siempre mientras no haya verdaderas reformas educativas en nuestros países donde se contemple un mayor gasto de inversión en el elemento más crítico de esta ecuación: el profesor.

*El Dr. Eduardo Carbajal es el Director de la Sede Perú, del Tecnológico de Monterrey. Correo electrónico: ecarbajal@itesm.la