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Tasas de interés bajas

Tal es la premisa que debe de imperar en los pronósticos que todos los analistas están trabajando en estos momentos para publicar su perspectiva del 2015.

Tal es la premisa que debe de imperar en los pronósticos que todos los analistas están trabajando en estos momentos para publicar su perspectiva del 2015. Si hay una lección que se debe de aprender sobre el año pasado es que los responsables de las políticas monetarias necesitan argumentos muy sólidos, mucho mejores que los que han tenido hasta ahora para cambiar su postura.

Todos los participantes en los mercados (no veo porque incriminar sólo a los analistas, quienes tienen por diferencia la obligación de escribir un pronóstico numérico) estuvimos equivocados con respecto a las tasas de interés en el 2014. Hace un año, la idea central era que las tasas durante este año subirían. Argumentos sobraban: el episodio de alza del verano del 2013, el inicio del famoso tapering el fin de la relajación cuantitativa; la expectativa de un crecimiento que a finales del 2013 parecía recuperarse. Ya sabemos que la historia fue otra.

¿Puede haber aumentos en las tasas de interés de referencia durante el 2015? La respuesta es: sólo en Estados Unidos y con una baja probabilidad. Las condiciones de crecimiento en Europa y Japón son muy pobres y más bien apuntan a la aparición de mayores estímulos. Los bancos centrales en dichas regiones siguen debatiendo sobre la intensidad de la relajación.

Por su parte, la ausencia de presiones de inflación es notoria. En Europa y Japón el incremento de precios es prácticamente nulo y amenaza con ser negativo. Pero en el mundo en general, la apreciación del dólar y el desplome de los precios de bienes básicos como el petróleo, el cobre y los granos, hacen a todos prever un panorama de pocos sobresaltos inflacionarios, al menos en los primeros meses del año próximo.

En Estados Unidos, las expectativas de inflación se han abatido de manera notable. La compensación por riesgo de inflación, implícita en el diferencial entre las tasas nominales y las de bonos indexados a la inflación ha disminuido de 227 puntos base a finales de julio.

En un entorno de ausencia de inflación y crecimientos que, aunque positivos, serán modestos; la expectativa con respecto a las tasas no debe ser de aumentos importantes. Más aún, lejos de preguntarse cuándo será la fecha en que el Fed suba las tasas, los participantes debieran reflexionar sobre la capacidad que, incluso bajo las mejores circunstancias, tendrán las autoridades para llevar a las tasas a niveles lejanos de los actuales. Honestamente, no tendrán mucha.

Un ejemplo notorio de lo anterior son los pronósticos que los mismos miembros del Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal hacen cada trimestre sobre las tasas que deben imperar en el largo plazo y que ha disminuido de 4% hace un año a 3.75 por ciento.

Luego entonces, la premisa fundamental es que seguiremos viviendo con niveles de interés sumamente bajos. Si hay condiciones para que inicie un movimiento de alza en las tasas, que repetimos, tendría que ser en Estados Unidos por cómo se ven las cosas, no habría que esperar incrementos considerables, y repetimos: es un evento aún poco probable, aunque la mayoría de los estimados indiquen que puede suceder a finales del año próximo.

En el caso de México, el Banco Central expuso en su informe de inflación una expectativa de crecimiento dentro de un rango muy amplio (3 a 4% para el 2015), pero confirmó la idea de que la inflación permanecerá desde el inicio del año en niveles muy bajos. La expectativa es que la inflación subyacente, aquella que excluye las variaciones en precios volátiles como los alimentos y la energía, se ubicará por debajo de 3.0% una parte del año.

En sus últimos comunicados, el Banco de México ha dejado claro que una decisión de modificar la actual postura está ligada a lo que hagan sus contrapartes en el mundo. Siendo así, también es muy aventurado determinar que las tasas en México subirán de forma importante. Más bien, es más probable que el nivel de la tasas de referencia permanezca en el mismo lugar por un tiempo largo y, de nuevo, que en caso de haber movimientos éstos tenderán a recargarse al final del año y serán leves.

Recuerde, se necesitan condiciones de crecimiento e inflación diferentes para ver un cambio definitivo en las tasas y al parecer, un cambio definitivo es poco probable que lo veamos en el 2015.

*Rodolfo Campuzano Meza es director de Estrategia y Gestión de Portafolios de INVEX. Cualquier pregunta o comentario puede ser enviado al correo:

perspectivas@invex.com

Twitter: @invexbanco

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