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50 años del Comité de Basilea
Este año marca el 50 aniversario del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS, por sus siglas en inglés), el organismo encargado de emitir estándares internacionales de regulación con el objetivo de asegurar que los bancos tengan suficiente capital para absorber pérdidas, incluso bajo niveles de estrés significativo y que, después del periodo de estrés, puedan continuar con las operaciones críticas con sus clientes y contrapartes.
Fundado por los países integrantes del Grupo de los Diez (G10), el BCBS actualmente está integrado por 45 instituciones de 27 países. México es miembro desde 2009 a través de la Comisión Bancaria y de Valores y del Banco de México. La composición del BCBS, igual que la regulación, es el resultado de un proceso evolutivo marcado principalmente por tres factores, la globalización del sistema financiero, la creciente complejidad de las operaciones realizadas por los bancos y las crisis bancarias.
Antes de 1988, los requerimientos de capital y los mecanismos de supervisión y de observancia de la regulación variaban de un país a otro, provocando pérdidas significativas debido a la aplicación laxa de las normas, al aumento de la actividad de los bancos internacionales y al arbitraje regulatorio. Por ejemplo, la crisis bancaria de los años 80 y principios de los 90 en Estados Unidos puso de manifiesto la inefectividad de los sistemas e indicadores de los reguladores para identificar bancos emproblemados y operaciones bancarias de alto riesgo en otras jurisdicciones.
Es en este contexto que surgió la necesidad de establecer estándares internacionales de requerimientos de suficiencia de capital basados en riesgo y mecanismos de intercambio de información para identificar mejores prácticas prudenciales. El Acuerdo original, Basilea I, publicado en 1988 por el BCBS es el primer conjunto de recomendaciones orientadas a satisfacer esta necesidad. Basilea III es el esfuerzo más reciente del organismo para proteger al sector bancario de los excesos que culminaron en la crisis financiera global de 2007-2008.
Afortunadamente, bancos y reguladores están de acuerdo en muchas cosas. Es una realidad que bancos con mejores niveles de capital, acorde a su perfil de riesgos, tienen mayor probabilidad de soportar pérdidas. Esto pudo ser constatado el año pasado, cuando tres bancos de Estados Unidos entraron en resolución, ¿a quién no le interesa que los bancos estén seguros?
También están de acuerdo que mantener la coordinación en materia regulatoria entre países es fundamental. Esto es más relevante para bancos globales, la adopción de estándares internacionales reduce costos y evita múltiples requerimientos regulatorios en cada país en que operan, que hasta podrían ser contradictorios.
Los retos del BCBS no son pocos. Es un ideal pretender alcanzar un marco regulatorio con reglas idénticas en todos los países. Cada país adapta las recomendaciones para reflejar su propio marco legal, la estructura de sus instituciones y las prioridades ante problemáticas locales. Más aún, cuando el marco regulatorio está diseñado como respuesta a crisis en países desarrollados principalmente, ¿qué tanto se debe impulsar la implementación completa y consistente de reformas regulatorias entre economías emergentes?
También es un reto determinar el capital mínimo aceptable que los bancos deberían de mantener. Las reglas deben de considerar no solo el nivel de capital sino también la calidad de los activos destinados a absorber las pérdidas en un período de tiempo. ¿En qué punto los requerimientos de capital pueden inhibir el financiamiento a la economía real?
Los retos del BCBS son heredados directamente a los reguladores locales, quienes son los responsables de procurar la estabilidad del sistema financiero y al mismo tiempo su sano desarrollo en beneficio de la población. En este rubro todavía hay mucho trabajo por hacer.