Buscar
Opinión

Lectura 3:00 min

ACTA y competitividad

Músicos como David Bowie y Radiohead han propuesto ideas interesantes al respecto. Es hora de romper paradigmas para proteger y promover la creatividad.

Nadie pondría en duda que el respeto a la propiedad es uno de los grandes bastiones para la competitividad. Sólo basta ver la historia de Corea del Sur, la transformación de Singapur o lo que está sucediendo en Venezuela para corroborarlo. Dicha protección generalmente va de la mano con mayor libertad de expresión, que también es indispensable para construir sociedades prósperas y competitivas.

Un nuevo acuerdo conocido como ACTA (Anti Counterfeiting Trade Agreement) parece ponernos a escoger entre la libertad de expresión y la protección a la propiedad intelectual, al menos en eso se ha centrado gran parte del debate.

Dicho acuerdo que firmó México el 12 de julio pasado, pero que rechazó el Senado, tiene como fin disminuir el comercio ilícito de productos piratas y/o falsificados, incluyendo su distribución masiva vía Internet. Esta última frase es lo que ha generado una abierta oposición entre la comunidad cibernauta y la confrontación entre el Poder Legislativo y el Ejecutivo, así como en la Unión Europea.

El debate se centra en que el acuerdo establece la posibilidad de bloquear (de distintas maneras) sitios que compartan información (un video, artículos, etcétera) protegida con alguna forma de propiedad intelectual sin pagar los derechos. Es decir, sitios como YouTube podrían ser acreedores de dichas sanciones. Sin embargo, la última versión de ACTA no incluye sanciones que no estén ya contempladas en el marco regulatorio de Estados Unidos (se eliminaron sanciones penales y actos de vigilancia).

A diferencia de la propiedad física, la propiedad intelectual no es absoluta, es decir, no puede proteger todas las expresiones de propiedad intelectual ni lo puede hacer todo el tiempo (tiene caducidad). Por ejemplo, es imposible proteger una idea o frase, ya que no existen mecanismos para controlar su uso.

Por ello, para tener los elementos para resolver el debate, creemos que lo primero que se tendría que hacer es estimar:

1) ¿Qué tanto más ganan los creativos por iniciativas como ACTA versus qué tanto pierde la creatividad humana por limitar el intercambio de sus creaciones?

2) ¿Qué tanto pierden los creativos al limitar el intercambio de sus creaciones? Músicos que generan ingresos principalmente a través de conciertos quizá perderían al limitar el envío de sus canciones entre usuarios.

La reflexión que sí nos deja esta discusión es que, con o sin ACTA, Internet exige que vayamos mucho más allá del los derechos de autor para promover la creatividad.

rgallegos@eleconomista.com.mx

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas