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Opinión

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Ken Salazar: nostálgico, diplomático y amigo de AMLO

Se le ve nostálgico; con ánimo, pero pensando quizá que pronto concluirá su periodo como Embajador de Estados Unidos en México.

Ken Salazar se refiere en varias ocasiones a Joe Biden como “mi amigo”; lo hace durante una reunión con un grupo de representantes de medios de comunicación la tarde de ayer en la residencia de la embajada.

Se refiere a un “plan 2030” en cuanto al trabajo binacional que podría continuar, quizá por su deseo de permanecer en México durante la próxima administración de su país, siempre y cuando gane las elecciones Kamala Harris.

El Embajador Salazar hace visible su rasgo emocional.

No hace muchos meses tuvo la paciencia de explicarme la modificación que llevó a cabo en el jardín de la residencia de la embajada. Decidió eliminar la cancha de tenis para extender la zona de plantas y flores. Algunas de ellas le recuerdan su estado natal, Colorado. Al hacer el recorrido por el jardín, el Embajador me comentó que todas las mañanas lo recorre; hay pendientes pronunciadas.

Ayer, lo primero que hizo al llegar a la mesa del comedor fue colocar sobre ella una figura infantil con la forma de una caja de palomitas. “Me la regaló mi nieto”.

Le pregunto que haría el presidente de Estados Unidos si en su país fueran asesinadas 200 mil personas por el crimen organizado. El control del Estado sobre el territorio mexicano es hoy menor que hace seis años, y mucho menor que hace 12 y 18 años.

Es cuidadoso. En ningún momento arriesga sus palabras a un ligero roce con el Gobierno de AMLO.

“El trabajo es binacional”, recuerda. Reitera la importancia de la “cooperación en el área de seguridad”.

Ken Salazar sortea la pregunta por cuestiones diplomáticas. AMLO lo hace porque tiene “otros datos”. Ambos hablan de otra realidad.

En efecto, lo que quizá no toma en cuenta el Embajador, es el metaverso en el que AMLO convirtió sus conferencias de prensa; unos le llaman realidad alternativa. Hay quien lo reconoce simplemente como “tengo otros datos”. En cualquier caso, es el entorno de la posverdad en el que se mueve AMLO.

De ahí la enorme dificultad para comprender la relación entre AMLO y Biden. ¿Qué sintió Biden el día en que AMLO no quiso asistir a la Cumbre de las Américas en Los Ángeles? ¿Por qué tardó en felicitarlo luego de su victoria contra Trump en 2020?

El Embajador Salazar ha visitado decenas de veces al presidente López Obrador. Los líderes de la oposición del PAN y del PRI no pueden decir lo mismo. No es culpa de Salazar. Pero es una anomalía.

El estadounidense fue criticado por la empatía que ha demostrado públicamente hacia AMLO.

Ken Salazar comienza a explicar algunas láminas con gráficas con las que quiere demostrar los logros: mayor cooperación en extradiciones; mayor cooperación en migración; mayor cooperación contra el fentanilo.

Se refiere al T-MEC como el tratado comercial más exitoso “de la humanidad”. Yo lo llamaría: seguro de vida para México.

En dos ocasiones prefiere no concluir sus frases. Una de ellas, cuando se refirió a la Corte Suprema de su país.

Conjetura: quiso criticarla porque ahora es dominada por jueces conservadores, algunos de ellos impuestos por Donald Trump. El Embajador prefirió no hacerlo de manera explícita.

Pregunta de examen final: efectos en la reforma judicial.

Salazar aterciopela sus palabras.

Su amigo AMLO puede dormir tranquilo. 

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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