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Opinión

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La Cultura de la Paz, Veamos al futuro, no al pasado

En la historia, los momentos en los que prevalecen la razón y la reconciliación son cortos y fugaces". Stefan Zweig

Finalmente se realizó la votación para elegir a quienes habrán de ocupar más de 20 mil cargos públicos entre los que destaca la Presidencia de la República. A pesar de haber sido el proceso más violento, la confrontación ya culminó, llegó el momento de sumar y de reconciliarnos.

Claudia Sheinbaum, virtual candidata ganadora a la Presidencia de la República, declaró en su discurso en el Zócalo que gobernará para todas y para todos y que llevará a México por el sendero de la paz, palabras sin duda alentadoras tendentes a la reconciliación nacional. Confiamos en que así será y que durante su gobierno se superará el sectarismo que ha caracterizado al gobierno saliente y que habrán de tenderse los puentes para construir las sinergias que propicien la restauración del país, de su sociedad, de la confianza, del crecimiento, de la cultura de la paz y de la concordia. La restauración de estos últimos factores sólo será posible si se generaliza la práctica del diálogo en todos los ámbitos de interacción social, sin perder de vista que la participación del gobierno será indispensable.

La virtual presidenta recibirá un país extremadamente polarizado; caracterizado por una grave crisis de inseguridad y violencia; una parte importante del territorio nacional controlado por el crimen organizado; una grave escalada de corrupción; insuficientes y precarios servicios públicos de salud y de educación; instituciones y confianza debilitadas; mayor pobreza extrema; con un muy modesto crecimiento promedio del PIB que rondará entre el 0.9 y el 1.1 por ciento sexenal, y una inflación real acumulada cercana al 60%. Encontrará unas arcas públicas vacías y comprometidas, además de una gobernabilidad lastimada lo que se traducirá en un limitado margen de maniobra.

Nada parecido a lo que recibió el presidente saliente. El reto para la virtual mandataria es enorme, por lo que conviene que su equipo lo integren los mejores expertos en cada ramo.

En este momento histórico, no podemos dejar de expresar nuestra preocupación y plantear propuestas.

Como hemos expuesto en esta serie “La Cultura de la Paz” la constante en el mundo moderno —no sólo en México— es el egoísmo; esto se traduce en una actitud ante los conflictos en la que los otros son aceptables sólo en la medida en la que se ajusten a nuestro pensamiento, a nuestras ideas, tal y como lo ha predicado cotidianamente el todavía inquilino de Palacio Nacional y muchos de sus colaboradores y correligionarios. Por eso la declaración de la virtual mandataria de gobernar para todos y de llevar a México por el sendero de la paz, que ya mencionamos, son palabras tranquilizantes.

Dejemos de ser parte de sociedades cuyo motor es la violencia y de padecer los conflictos que ésta genera. En muchos casos esos conflictos se gestionan por esa misma vía, lo que resulta en un riesgoso círculo vicioso. Esta situación dista de ser exclusiva de nuestro país. Sin embargo, somos nosotros todos, sociedad y gobierno, los responsables de superar esta crisis. La nueva oportunidad que se nos presenta a partir del primero de octubre, debemos aprovecharla.

Que gobiernen más las ideas que las pasiones, que se respeten la Constitución, el Estado de Derecho y las instituciones. Es urgente detener el decaimiento de las ideas y del abuso de la palabra. México no merece ser una república de palabras huecas.

Es recomendable que el plan de gobierno 2024-2030 se redacte teniendo en cuenta que la lealtad del gobierno es a la nación, que el nuevo gobierno significa una oportunidad para detener el proceso de destrucción que ha ocasionado el hiperpresidencialismo del actual mandatario; cancelar las malas réplicas del pasado autoritario; revertir las condiciones que han propiciado la violencia, los asesinatos de 7 niños cada día, de dos feminicidios diarios, del cobro de derecho de piso, de los desplazamientos involuntarios, del avance en el dominio de territorio por el crimen organizado, entre otras calamidades. Lo razonable es que signifique retomar el desarrollo para propiciar bienestar general, acceso a servicios públicos eficientes, transparentar el quehacer público, combatir la corrupción y restaurar el tejido social, principalmente.

Desde luego será indispensable que el plan que se adopte se cumpla, recordemos que el que debió cumplirse en el gobierno que está por concluir fue prácticamente letra muerta.

Confiamos en que se reconsideren las ideas de cooptar a la Suprema Corte y destruir su esencia de contrapeso; de apropiarse del INE y dinamitar su naturaleza de árbitro imparcial de la democracia, así como la continuación de la militarización.

Era lógico prever que el presidente desea dar instrucciones a la mandataria como lo hizo en su conferencia de ayer. Desde luego es respetable el agradecimiento que la candidata ganadora profesa a quien la impulsó a la candidatura e intervino y respaldó —ilegalmente—, durante su campaña, pero su lealtad debe ser a la nación sobre cualquier otra.

Urge distender la polarización y que el nuevo gobierno incluya a todos y se elimine la idea de “allá están ustedes y aquí estamos nosotros”, en la que las oposiciones no cabrían.

Nuestro momento es muy breve, no dejemos pasar lo mejor, tenemos mucho que dar, mucho que hacer para la construcción del futuro del país de nuestras familias, de nuestros hijos y de nuestros nietos. No lo desperdiciemos.

Como en todo cambio de gobierno surge una nueva esperanza, ahora es por la restauración del país y del tejido social; por la disminución de la violencia; por que las cosas mejoren para todos, y por detener la debacle nacional. Cumplir ese deseo dependerá de todos y -desde luego- del nuevo gobierno.

En la oposición, como era de esperarse, los principales ganadores fueron los líderes del PRI, del PAN, sus familiares y sus cuates que vivirán del presupuesto y bajo el manto de la impunidad por las curules plurinominales que se otorgaron, valiente oposición.

Gracias a los ciudadanos que en las casillas hicieron posible las elecciones del domingo.

*Abogado, negociador y mediador

X: @Phmergoldd

mediador.negociador@gmail.com

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