La Unión Europea sanciona a Rusia, pero premia a dictadura egipcia

Señoras y señores, estos son mis principios; si no les gustan tengo otros, decía Groucho Marx.

La Unión Europea se encuentra en medio de la metralla de sanciones en contra de Rusia, pero al mismo tiempo acude a la dictadura del egipcio Abdelfatah Al Sisi para negociar el paso de gas procedente de Israel a través de la planta de regasificación de Damietta que Egipto tiene en la costa mediterránea.

La presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen ha dedicado palabras de condena contra Rusia por la invasión a Ucrania, pero la semana pasada no dedicó una sola palabra de consuelo a las víctimas de la dictadura militar de Al Sisi.

En marzo de 2011, poco después de la renuncia del dictador egipcio Hosni Mubarak, el ejército tomó el control del Gobierno. Nombró a al títere Ahmed Shafik como primer ministro. El escritor Alaa al Aswani acudió a un programa de televisión en el que también participaba Ahmed Shafik. El funcionario presumía el supuesto talante dialogante del nuevo gobierno. “¿Y los mártires?”, lo interrumpió el escritor. Shafik se puso nervioso. Al Aswani lanzó duras críticas como nunca se había visto en la televisión egipcia. “¿Qué piensas de la gente que fue asesinada? ¿Qué hay de las mil doscientas personas que perdieron sus ojos?” El escritor concluyó: “Eres inaceptable”.

A la mañana siguiente, el primer ministro dimitió.

Alaa al Aswani documentó los actos atroces cometidos por la dictadura luego de la caída de Mubarack en su libro La república era esto (Anagrama, 2021). El escritor egipcio agrega elementos de ficción para convertirla en una novela polifónica donde los detalles de la represión son reales.

Hoy, es imposible encontrar su obra en librerías de Egipto.

Al Sisi fue director de inteligencia militar durante el Gobierno de Mubarak. Tras la caída del dictador, ascendió como ministro de Defensa, y posteriormente traicionó al presidente Mohamed Morsi, único candidato presidencial egipcio elegido en las urnas. Hoy, Al Sisi ocupa la presidencia de Egipto.

Alsawi califica a los Hermanos Musulmanes, agrupación religiosa donde proviene Morsi, como cómplices de las masacres del ejército en su defensa de Mubarak.

“Cuando giré la cabeza vi con mis propios ojos un montón de trozos de cuerpos que había dejado el tanque a su paso: intestinos, cerebros, piernas”, narra un testimonio.

El ejército de Al Sisi se dedicó a denigrar a mujeres para impedir su participación en las protestas de la plaza Tahrir del Cairo. Las encarcelaban y les hacían pruebas médicas para comprobar si eran vírgenes. Si no lo eran las llamaban putas.

“Lo primero que me hicieron fue aplicarme descargas eléctricas en el vientre. Decían que veníamos de un prostíbulo. Nos tiraron agua y luego las descargas y nos insultaban con las palabras más groseras. Imagine, gente que te escupe, te insulta, te pega con un cinturón en la cara”.

“(...) empezaron a hacer turnos durante toda la noche. Salían cuatro militares y entraban otros cuatro para pegarnos. Estuvieron toda la noche golpeándonos. Nada más entrar nos dijeron que la que hablara la enterrarían en la arena, que se quedaría sin lengua (...) Fue tan horrible que yo salí de la cárcel completamente rota psicológica, física y emocionalmente”.

Este es el “talante democrático” del hoy presidente egipcio Abdelfatah Al Sisi a quien Ursula von der Leyen visitó y saludó la semana pasada.

La presidenta de la Comisión Europea firmó un acuerdo con Israel y Egipto.

El gas que la Unión Europea importará tiene su origen en dos plantas israelíes, Tamar y Leviatán, con una capacidad conjunta estimada en unos 690,000 millones de metros cúbicos. A través de un gasoducto llegará a Egipto en la planta Damietta.

Así, la Unión Europea sorteará a Rusia a un costo moral elevadísimo: abrazando a la dictadura de Al Sisi.

@faustopretelin