Buscar
Opinión

Lectura 3:00 min

Las embajadas no son Oxxo

Un grupo de policías escoltaron a tres camiones de pasajeros que se dirigían el pasado miércoles 21 de septiembre a la embajada de Israel en México ubicada en Lomas de Chapultepec.

Los manifestantes, entre quienes se encontraban padres de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, bajaron de los camiones frente a las instalaciones. “Muera Israel”, pintaron en la pared de la embajada como si la autoría de la consigna corriera a cargo del grupo terrorista Hezbolá. Encapuchados, gritaron: “Palestina libre y Viva Palestina; Muerte al sionismo”.

La furia les llevó a romper cámaras de seguridad, y llenar de odio la pared de las instalaciones.

Los manifestantes pidieron la extradición del exdirector de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón, involucrado en el caso de la desaparición de los estudiantes.

La seguridad en una embajada está prevista por la Convención de Viena. El artículo 31.3 señala: “El Estado receptor tendrá la obligación especial de adoptar todas las medidas apropiadas para proteger los locales (…) contra toda intrusión o daño (…)”.

Las embajadas no son Oxxo. Son territorios extraterritoriales. Atacar la embajada de Israel equivale a atacar territorio israelí.

Israel no tiene tratado de extradición con México. A Israel escapó Andrés Roemer el día en que iba a ser arrestado. Un amigo muy poderoso y cercano a él que trabaja en la cancillería le facilitó la huida. No es culpa de Israel.

Tampoco Israel tiene que ver con la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa. Israel no protege a Tomás Zerón.

¿Qué fue lo que motivó a los manifestantes agredir a la embajada de Israel en México? ¿Por qué la policía escoltó los camiones donde viajaban los agresores? Son agresores no sólo por el daño físico a la Embajada, también lo son por los violentos mensajes políticos que dedicaron a Israel. Consignas que nada tienen que ver con los desaparecidos de Ayotzinapa.

Desde Israel, el vocero del ministerio de Exteriores Emmanuel Nahshon indicó: “Vemos este problema con mucha seriedad. Esperamos que México cumpla con sus obligaciones internacionales”.

El ministerio llamó al embajador mexicano Mauricio Escanero para que tratara de esclarecer la agresión.

Para quien haya visitado la embajada de Israel, conoce el sistema de seguridad de la misma. Desde la esquina de la legación, un policía pregunta el objetivo de la visita. Ahora, la policía le abrió camino a los agresores. Los protegió.

Lo ocurrido el 21 de septiembre refleja el grado de debilidad de las instituciones de México. Violar la Convención de Viena tiene consecuencias. Tal parece que el efecto chapito (su liberación) ha llegado a la diplomacia mexicana.

@faustopretelin

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas