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Mejoran, y mucho, los pronósticos económicos
De todos los pronósticos del comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB) el que menos debe de fallar es el de la autoridad fiscal, porque, además de una estimación oficial, es la base para hacer cálculos de ingreso y gasto.
Hay pronósticos sin ningún rigor, como los que lanza el presidente Andrés Manuel López Obrador desde las mañaneras, por ejemplo, su más reciente de 4% de crecimiento del PIB este año que nadie con un poco de seriedad toma en cuenta.
Tiene mucho tiempo que las estimaciones que hacen los que saben en materia económica quedan lejos de los resultados finales. Y es que desde la pandemia del 2020 ha habido muchos imponderables que han anulado las previsiones.
En este momento nuevamente los pronósticos vuelven a tomar un poco de sentido, aunque la alta inflación y su combate con políticas monetarias agresivas hacen dudar del potencial de crecimiento de diferentes economías.
En el caso de la economía mexicana estamos en un momento positivo. La confianza de los consumidores se ha mantenido estable y con ella los niveles de consumo.
A diferencia de prácticamente los últimos cinco años, en este momento las revisiones del comportamiento del PIB en México se hacen al alza.
Dentro de los rangos que hoy podrían ser posibles de alcanzar, descontando los pronunciamientos propagandísticos, el techo lo pusieron el Congreso y la Secretaría de Hacienda con la estimación de una expansión del PIB de 3% este año ya no es tan lejano.
Esta expectativa que al cierre del año pasado parecía sólo propaganda ha tenido la suerte de un mejor desempeño a lo esperado del mercado interno.
Los expertos que consulta habitualmente el Banco de México empezaron el año con una estimación de expansión del PIB de 1% y en la más reciente consulta ya van en 2% de crecimiento para este 2023.
El propio Banxico revisó al alza su rango de crecimiento esperado y lo ubicó al inicio de este mes en una estimación media de 2.3% para todo el año.
Pero uno de los brincos más impresionantes en los pronósticos lo acaba de dar el Banco Mundial, que empezó este 2023 con un pronóstico de crecimiento del PIB mexicano de 0.9% y ahora lo ubica en 2.5 por ciento.
Claro, con estos datos en Palacio y sus coros se volverán locos y acompañados de la felicidad electoral que traen, seguro que amanecerán cantando todos los días.
Pero es aquí donde vale la pena poner atención a las advertencias que hay sobre el futuro inmediato del desempeño de la economía del mundo, y con ella la de México.
Y es que las políticas monetarias que han seguido bancos centrales como la Reserva Federal de Estados Unidos o el propio Banco de México han implicado un incremento importante y acelerado de las tasas de interés.
Se notan los resultados de esa restricción monetaria, en especial en Estados Unidos, pero un costo del dinero tan elevado necesariamente tiene repercusiones en el crecimiento.
Las circunstancias cambian y los pronósticos fallan, pero por ahora la expectativa es que hacia finales de este año o principios del 2024 la economía global se desacelere incluso hasta niveles recesivos.
Como sea, por ahora lo que hay es optimismo.
Pero uno de los brincos más impresionantes en los pronósticos lo acaba de dar el Banco Mundial, que empezó este 2023 con un pronóstico de crecimiento del PIB mexicano de 0.9% y ahora lo ubica en 2.5 por ciento.