“México no es amigo, es cómplice”

Solo visualice usted esto;

La semana está empezando con enviados de la Casa Blanca y con otros enviados del gobierno canadiense a Palacio Nacional en la ciudad de México para seguir buscando como los tres países seguirán enfrentando las crisis de fentanilo, del tráfico de armas de fuego y la inmigración ilegal.  

Mientras esto ocurre en la capital mexicana, en la capital de Estados Unidos leemos en el diario Washington Examiner que “… Los carteles mexicanos están expandiendo silenciosamente su imperio criminal global con operaciones de robo masivo dirigidas a grandes tiendas, marcas minoristas de lujo y pequeñas empresas, capturando mercancía que luego venden en línea, blanqueando las ganancias a través de operadores chinos”.

Esto, la verdad no hay que creerlo hasta que tengamos las pruebas en la mano. El problema es que el Examiner es un diario que lee la derecha estadounidense, y ahí, esta historia se la creen con pruebas o sin ellas.

Como si fuera poco, el lunes, la prensa de Estados Unidos, siguió informando sobre las audiencias que hubo en el congreso la semana pasada. En ellas se dijo que los carteles mexicanos están traficando gente en operaciones masivas de inmigración ilegal cuya finalidad es establecer “... un nuevo tráfico de esclavitud”.  

Estas audiencias fueron organizadas por los republicanos de la cámara baja.

Jaeson Jones, ex Capitán de Inteligencia y Contraterrorismo del Departamento de Seguridad Pública de Texas pintó un escenario que más que vida real, parece un guion de cine.

Jones afirmó ante el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes que los cárteles mexicanos han “... Evolucionado de ser crimen organizado... a ser una insurgencia en México”.  Aquí también, fácil decirlo, pero no apegado a la realidad. La mala intención es obvia, hablar de una insurgencia en México es una forma fácil de asustar a los estadounidenses.

No lo tome personal

Curiosamente, estas audiencias, más que contra los carteles o contra México, son contra Alejandro Mayorkas, el actual secretario de Seguridad Nacional, a quien los republicanos del congreso quieren sacar de su puesto. Pero Mayorkas que, ni depende de ellos ni responde a ellos, estará firme en su cargo hasta que el presidente Joe Biden decida que quiere a alguien más. Eso, francamente, esta difícil que ocurra.   

Lo que le quiero evidenciar con lo anterior es que, en esta capital, lo que verdaderamente está ocurriendo, nunca está en la superficie. Aquí lo que se hace es política, y los políticos nunca se tientan el corazón para, en público llevarse a quien sea entre las patas de los caballos. 

Si. Esta es una bronca interna

El ambiente está tan cargado que durante esas mismas audiencias el congresista demócrata, Bernie Thompson, que es el miembro de mayor rango del panel de Seguridad Nacional, dijo lo obvio. “Estas audiencias son un truco político".

El ambiente está tan dividido que Derek Maltz, un exagente especial de la DEA que testificó ante el comité se disculpó para con sarcasmo decir "... Siento mucho hacerles perder el tiempo".

Ya se imagina usted el pleito que siguió.

Otra vez, le cuento esto para ilustrar el ambiente tan difícil en el que el tema principal sigue siendo, como enfrentar a los carteles mexicanos. 

Por eso, esta semana platiqué con Esteban Moctezuma, nuestro embajador en Washington, D.C.  Su embajada, obvia y necesariamente, tiene todos estos ángulos muy claramente delineados. En Washington las cosas siempre se complican, porque aquí la política exterior, no solo se lleva en la Casa Blanca y el Departamento de Estado, sino en el congreso también. Las dos cámaras tienen una enorme participación y eso complica a la relación aún más. 

Nuestro embajador es el primero que lo reconoce.

Sobre las declaraciones abominables de hace unos meses del senador republicano, John Neely Kennedy, de Luisiana sobre México, el embajador me confió... “Me llamo otro senador republicano, para decirme, embajador, yo me deslindo de lo que dijo Kennedy. Nosotros no pensamos como él y nosotros seguimos siendo amigos de México”.   

“Mira” me dijo Moctezuma, “los dos gobiernos en México y en Washington están coordinados”, y me dio otro buen ejemplo... “Antes en Estados Unidos no mencionaban el tráfico de armas de fuego, y hoy está en todos sus comunicados como un problema compartido, esa es una ganancia enorme”.

El embajador tiene razón. Hoy la prensa estadounidense como el Connecticut Mirror, reseñan la queja mexicana contra la fabricante de armas de fuego Colt, a quien acusa de no solo de “... alimentar la violencia en México”, sino de usar su mercadotecnia para vender más armas.  Los diarios de Estados Unidos, rara vez reportaban la queja mexicana del tráfico de armas, porque los funcionarios estadounidenses no la consideraban válida. Hoy, como nos aclaró el embajador Moctezuma, las cosas están cambiando. 

Esto es muy importante hoy, porque el lunes, México acudió a un nuevo juicio ante tres jueces en la Corte Federal de Apelaciones en Boston. Es la misma demanda mexicana que fue desestimada en una corte menor el año pasado, debido a la “ley de inmunidad federal”, que el congreso les otorgó a los fabricantes de armas en Estados Unidos para protegerlos de procesos jurídicos en su contra.

México apeló, alegando que si la ley de los EE. UU. se aplicara en Estados Unidos, las violaciones a las leyes federales de armas eliminarían la inmunidad de que gozan los fabricantes de armas.

La compañía Colt que es una de las partes demandadas, respondió que “no le deben a México nada para alterar la forma en que se fabrican y venden sus armas de fuego en los Estados Unidos. Alegan que “no es su responsabilidad prevenir la violencia de los cárteles en México”.

En la demanda del proceso de apelación que empezó el 24 de julio de este 2023, México argumentó que, con las armas de EE. UU., los cárteles comercializan drogas como el fentanilo, y que es así como matan a decenas de miles de estadounidenses. 

Fiscales de Distrito apoyan la posición mexicana

Esta vez, docenas de fiscales de distrito de EE. UU. están respaldando esta demanda sometiendo como apoyo al juicio de apelación, cartas que en el sistema legal estadounidense tienen una gran valía.  Se llaman cartas de “amigos de la corte” en la que personas interesadas y con conocimiento de causa respaldan la postura legal de alguna de las partes en el juicio.

Los fiscales en sus cartas afirman que... “Las armas de fuego manufacturadas en Estados Unidos refuerzan el tráfico de drogas y aumentan la criminalidad de los carteles. 

Que fue primero la gallina o el huevo

En Washington, siempre se ha dicho que las armas no crearon al narcotráfico y que si no hubiera armas estadounidenses, los carteles y su tráfico de todo tipo de drogas existiría de todas maneras. El veredicto de este juicio de apelación no solo esclarecerá si esto es cierto; sino que definirá si los tres jueces encuentran que la prohibición para no responsabilizar legalmente a los fabricantes de armas es o no constitucional.    

México no es nuestro aliado, es un cómplice

Esta frase de que México es cómplice de los carteles es de Ken Cuccinelli que es un acólito de Donald Trump, y que obviamente tiene un gran interés en verlo de regreso en la presidencia.  El problema es que la prensa internacional, al publicar estas expresiones de la derecha extrema, las toma como auténticas y justifica con eso, los discursos republicanos en el congreso, a usar a las fuerzas militares para combatir el tráfico de fentanilo con operaciones dentro de México. 

Las cosas se van a poner aún más difíciles. Pero lo único que sería fatal es que los dos gobiernos dejaran de hablar, de negociar y de entenderse.