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Opinión

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¿Tesla al sureste?

No es probable que el magnate Elon Musk vaya a cambiar una decisión estratégica sobre la ubicación de su proyecto tan solo porque va a hablar con el presidente...

Al parecer, la postura del presidente de la República se ha modificado con respecto a los proyectos de inversión. Al principio de la administración los cancelaba de manera casi inexplicable, acusando que estaban manchados por corrupción. Ahora lo que intenta es imponer su opinión sobre la localización preanunciada. No se sabe si se trata de una nueva pauta general o tan solo del caso de la ubicación tentativa en la ciudad de Monterrey de la nueva planta que intenta establecer en México, la empresa automovilística Tesla.

Al presidente le pareció buena idea que se “esté eligiendo a México como lugar para que lleguen estas inversiones de la industria automotriz”. Sin embargo, desea influir de manera definitiva en la ubicación de la nueva planta. Como argumentos para su postura el presidente invocó la escasez de agua que padece Monterrey y un vago concepto de “crecimiento ordenado” (what ever that means, como solía decir don Daniel Cosío Villegas). Y según el reportaje correspondiente, AMLO salpicó el incidente con algo de su estilo personal de gobernar. En ese sentido, acusó para quien le venga el saco: “tenemos que buscar opciones alternativas y no actuar de manera irresponsable”. ¿Irresponsable Elon Musk por elegir a Nuevo León como destino de su fábrica?

Estudiamos en la materia de Desarrollo Económico que el suministro de agua no es la única variable para decidir la ubicación de una nueva industria. De seguro que en la empresa Tesla se realizaron cuidadosas consideraciones para seleccionar el destino de Monterrey. Es cierto que en el sur del país el suministro del vital líquido es más abundante; pero también hay otras variables a considerar como la cercanía con los mercados, la oferta de mano de obra calificada, los medios de comunicación, la seguridad etc.

No es probable que el magnate Elon Musk cambie su decisión estratégica sobre la ubicación de una inversión de millones de dólares tan solo porque va a platicar con el presidente de la República del país receptor. Pero lo que sí es posible que suceda es que aproveche la oportunidad para sacar algún provecho, algún beneficio. Se trata de personas que, tradicionalmente, “no dan patada sin huarache”. Con respecto a las empresas que decidan ubicarse en el llamado “corredor interoceánico”, se habla de incentivos fiscales y financiamientos preferenciales, como los del BID. Algo de ese tipo podría llegar a buscar el magnate Musk, sin comprometerse a nada que no le convenga.

bdonatello@eleconomista.com.mx

Columnista

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