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Opinión

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Un fantasma chavista visita Los Ángeles

Una invitación a la Casa Blanca bien vale una misa.

Así lo ha de haber pensando el presidente de Argentina Alberto Fernández cuando recibió una llamada telefónica la noche del miércoles en la Casa Rosada.

El 28 de mayo el periódico uruguayo El Observador publicaba que las cancillerías de Argentina y México tramaban una contracumbre que ayudara a eclipsar la convocada por Estados Unidos, la Cumbre de las Américas en Los Ángeles a celebrarse del 6 al 10 de junio, debido a la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

En efecto, Santiago Cafiero se reunió con Marcelo Ebrard el miércoles 25 de mayo.

La idea de Cafiero y Ebrard consistía en organizar un evento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en Los Ángeles aprovechando que Argentina ocupa la presidencia pro tempore.

“El evento se desarrollará en paralelo, sin contraponerse a los horarios de la agenda oficial de la Cumbre de las Américas y el espíritu es mantenerse unidos como bloque a pesar de las divergencias”, explicaron fuentes de la cancillería argentina el fin de semana.

Pero una llamada telefónica la noche del miércoles del presidente Biden a Fernández desdibujó la idea de ambos cancilleres.

Durante 25 minutos Biden y Fernández charlaron sobre la relación bilateral, la agenda de la Cumbre de las Américas y, por supuesto, de la contracumbre.

Biden invitó a Alberto Fernández a visitar Washington en julio.

Según la Casa Blanca, Biden ha invitado a Fernández para estrechar "el compromiso activo entre Estados Unidos y Argentina en temas bilaterales, regionales y globales, en particular los derechos humanos, la inseguridad alimentaria, el cambio climático, la energía, la innovación tecnológica y las cadenas de suministro críticas".

Ayer, la vocera de la presidencia argentina Gabriela Cerruti, negó lo que fuentes oficiales habían informado la semana pasada. Fueron “dimes y diretes”; “ningún almuerzo” (agencia EFE).

Fue Hugo Chávez quien construyó un conjunto de maquinaria ideológica a través de supuestos mecanismos de integración. Uno de ellas: Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

Ahora, el presidente López Obrador intenta desaparecer la OEA y en su lugar crear una especie de Unión Europea en América Latina. En realidad, ambos organismos nada tienen que ver. Lo mismo Marcelo Ebrard o sus asesores tienen la obligación de explicarle al presidente los objetivos de la OEA y de la Unión Europea.

Si Davos tiene la contracumbre en el Foro de Sao Paulo, la Cumbre de las Américas podría ser nulificada por Celac. Eso pensaron Ebrard y Cafiero, pero una llamada telefónica de Biden disipó la idea. La visita de Fernández a la Casa Blanca, lo vale.

Un fantasma chavista recorre Los Ángeles.

@faustopretelin

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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