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Opinión

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Una gran oportunidad para la gobernanza global

Foto: Shutterstock

Los esfuerzos para desarrollar un Pacto para el Futuro y un Pacto Digital Mundial ofrecen motivos para esperar un progreso real en la consolidación de la paz y la gobernanza de la IA este año. Pero, más allá de adoptar estos instrumentos, los estados miembros de las Naciones Unidas deben aprovecharlos y buscar innovaciones ambiciosas en la gobernanza global.

DOHA/WASHINGTON, DC. Las tecnologías cibernéticas, especialmente la inteligencia artificial (IA), hacen posibles nuevas y poderosas herramientas para la resolución de problemas. Pero también plantean serios desafíos de gobernanza. De hecho, la competencia desenfrenada por la ciberprimacia podría dejar a todos en peor situación: una especie de “tragedia de los bienes comunes”. Incluso podría conducir a una confrontación.

Mitigar esos riesgos es más urgente que nunca. La cibertecnología se está volviendo más rápida, mejor, más barata y más utilizada en un momento en el que hay más conflictos violentos que en cualquier otro momento desde la Segunda Guerra Mundial. Además, las herramientas de consolidación de la paz existentes parecen estar perdiendo eficacia. Las conocidas deficiencias de las Naciones Unidas –como recursos insuficientes, falta de autoridad formal e incapacidad para abordar las causas subyacentes de los conflictos violentos– son particularmente evidentes en Gaza, Ucrania y Sudán.

La buena noticia es que este año traerá importantes oportunidades para enfrentar los desafíos que enfrentamos. En septiembre, los líderes mundiales se reunirán en Nueva York para la Cumbre del Futuro de la ONU, donde buscarán restaurar la confianza mutua, abordar las brechas en la gobernanza global y fortalecer la capacidad de las instituciones multilaterales para hacer frente a los desafíos actuales y futuros. Se espera que la cumbre logre un acuerdo sobre un Pacto para el Futuro, que establezca un camino claro para el sistema internacional.

También se están realizando esfuerzos para desarrollar un Pacto Digital Mundial, que fue propuesto en Nuestra Agenda Común del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, como un medio para establecer una “visión compartida de un futuro digital abierto, libre, seguro y centrado en el ser humano”. En conjunto, estas iniciativas ofrecen motivos para esperar un progreso real en la gobernanza de la IA y la consolidación de la paz internacional.

Sin embargo, el éxito requerirá que los 193 estados miembros de la ONU no sólo adopten estos instrumentos sino que también los aprovechen mediante innovaciones ambiciosas en la gobernanza global. En el Informe sobre el futuro de la cooperación internacional 2023, elaborado por el Foro de Doha, el Centro Stimson y el Instituto Global de Investigación Estratégica, pedimos una de esas innovaciones: una Agencia Internacional de Inteligencia Artificial (IA2).

El establecimiento de IA2 aumentaría la visibilidad, la promoción y la movilización de recursos para la regulación global de la IA. La agencia también monitorearía, evaluaría e informaría sobre las salvaguardias de la industria de la IA, de conformidad con un marco regulatorio internacional acordado. Y coordinaría iniciativas y marcos sobre la gobernanza de la IA a nivel transnacional, para facilitar el intercambio de mejores prácticas y lecciones aprendidas.

IA2 debe estar respaldado por los principios de seguridad, sostenibilidad e inclusión, y respaldado por un Panel Intergubernamental de expertos en Cibernética e IA, inspirado en el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático. El diseño de la agencia debe reflejar cualquier recomendación relevante del Órgano Asesor de IA del secretario general de la ONU, que publicará su informe final antes de la Cumbre del Futuro.

Para reforzar las capacidades internacionales de gestión de conflictos, también proponemos transformar la Comisión de Consolidación de la Paz de la ONU en un Consejo de Consolidación de la Paz empoderado, de la misma manera que la entonces debilitada Comisión de Derechos Humanos se transformó en 2005 en un Consejo de Derechos Humanos más capaz y con un mandato ampliado.

El Consejo de Consolidación de la Paz tendría mayor autoridad y responsabilidad para liderar la prevención de conflictos, el desarrollo y coordinación de políticas y la movilización de recursos para conflictos de segundo y tercer orden (como el de Myanmar). Esto permitiría al Consejo de Seguridad centrarse directamente en los conflictos de primer orden (como Ucrania-Rusia), que plantean la mayor amenaza a la paz y la seguridad internacionales.

Los esfuerzos del Consejo de Consolidación de la Paz serían ayudados por una herramienta de Auditoría de la Consolidación de la Paz, inspirada en el Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos, que rastrea los antecedentes de los estados miembros de la ONU en materia de derechos humanos. Al mismo tiempo, el Fondo para la Consolidación de la Paz –el principal instrumento de las Naciones Unidas para invertir en la prevención de conflictos– debe recibir una financiación adecuada, predecible y sostenida, incluidas las cuotas asignadas.

Es de esperarse una reacción negativa, tanto por parte de actores estatales como no estatales. Después de todo, vivimos en una época de renovadas rivalidades entre grandes potencias y de creciente desconfianza entre grupos influyentes de países del Norte y del Sur Global.

Pero los logros recientes –en particular, la Declaración de los Líderes del G20 en Nueva Delhi, que surgió de la Cumbre del G20 de septiembre pasado, y la Declaración de Bletchley, que fue adoptada en la Cumbre de Seguridad de la IA en noviembre– sugieren que se puede reunir el impulso político para avanzar. objetivos compartidos. Ayuda que tanto el Pacto para el Futuro como el Pacto Digital Mundial tengan como objetivo llenar los vacíos de gobernanza global que fueron identificados como prioridades en la Declaración Política adoptada en septiembre pasado.

Las tecnologías de vanguardia son vitales para avanzar en no menos de 25 indicadores de los ODS, y toda la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible depende de la paz mundial. Si queremos tener alguna posibilidad de alcanzar los 17 ODS para la fecha límite de 2030, debemos movilizar dichas tecnologías para enfrentar los desafíos de gobernanza y consolidación de la paz de un orden geopolítico que cambia rápidamente.

El autor

Mubarak Al-Kuwari es el director ejecutivo del Foro de Doha.

El autor

Richard Ponzio es director del Programa de Gobernanza Global, Justicia y Seguridad y miembro principal del Centro Stimson.

El autor

Sultan Barakat es director del Instituto Global de Investigación Estratégica y profesor de Políticas Públicas en la Universidad Hamad Bin Khalifa.

Copyright: Project Syndicate, 1995 - 2024

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