'Arquitecturas biológicas’, de Natalia Sosa

"Los sueños son puentes que nos conectan entre nosotros y con nuestro entorno. A través de ellos, podemos explorar nuevas realidades y darles forma en nuestra práctica”, Natalia Sosa Molina.

La exposición "Arquitecturas biológicas", de Natalia Sosa Molina, en la Galería Hilario Galguera dentro del Hotel Mondrian es una experiencia que va más allá de lo visual; es una invitación a profundizar en nuestra relación con la naturaleza, el cuerpo humano y la arquitectura. A través de su obra, Sosa Molina nos presenta una visión integral de estas tres dimensiones, revelando cómo nuestras vivencias diarias dan forma a la percepción de nuestro entorno.

Uno de los elementos que realmente me impactó fue la forma en que la artista reinterpreta la noción del tiempo. En lugar de verlo como una línea recta y rígida, Sosa Molina nos invita a concebirlo como un ciclo lleno de posibilidades y aprendizajes. Este enfoque me llevó a reflexionar sobre cómo las experiencias pasadas moldean no sólo nuestro presente, sino también las decisiones que tomamos hacia el futuro. La naturaleza, con sus ciclos inquebrantables, nos recuerda que nuestras acciones tienen repercusiones directas. En un mundo donde el cuidado del medio ambiente se vuelve cada vez más urgente, su obra se erige como un poderoso recordatorio de que debemos actuar con responsabilidad.

Otro aspecto que destaca en su trabajo es la convivencia humana, un tema que se siente especialmente relevante en la actualidad. La artista sugiere que nuestras interacciones, tanto con los demás como con el entorno, son esenciales para nuestra sanación y desarrollo. En este sentido, Sosa Molina crea un espacio donde los sueños compartidos pueden ser herramientas para construir comunidad y promover un entendimiento más profundo entre nosotros. Me parece fascinante cómo, a pesar de nuestras diferencias, todos anhelamos conexión y pertenencia, y su obra nos recuerda que esa búsqueda es fundamental para nuestro bienestar colectivo.

"Al compartir nuestros sueños, creamos un espacio de sanación y transformación. Esta interacción nos ayuda a descubrir patrones en nuestras vidas y a aprender unos de otros,” Natalia.

En "Arquitecturas biológicas", la elección de materiales es igualmente significativa. Desde telas hasta cobre, las obras evocan una tensión entre fragilidad y fuerza. Este contraste es un espejo de nuestra relación con la naturaleza: por un lado, somos parte de ella, pero también tenemos el poder de dañarla. Al utilizar elementos que simbolizan tanto las heridas de la tierra como la resistencia del cuerpo humano, Sosa Molina plantea preguntas cruciales sobre nuestra responsabilidad hacia el medio ambiente. ¿Cómo podemos reparar los daños que hemos causado? ¿Qué acciones concretas podemos tomar para sanar tanto a la tierra como a nosotros mismos? Al final, la respuesta a esta crisis no radica solo en políticas globales, sino también en un compromiso colectivo y local. Es nuestra responsabilidad cuidar del planeta y trabajar juntos por un futuro más sostenible, donde podamos habitar con dignidad y respeto por el entorno que nos rodea.

La noción de comunidad y su papel en el proceso de sanación también se entrelaza de manera esencial en su obra. La artista nos invita a considerar cómo nuestras experiencias colectivas pueden guiarnos hacia un futuro más sostenible y equitativo. Al colaborar con otros artistas y comunidades, su práctica se convierte en un diálogo enriquecedor, donde cada voz aporta un matiz diferente a la conversación.

"Arquitecturas biológicas" de Natalia Sosa Molina no es solo una exposición; es una reflexión profunda sobre nuestra relación con la naturaleza, el tiempo, la convivencia humana y la sanación. Su arte nos invita a examinar nuestras propias experiencias y a cuestionar cómo podemos habitar el mundo de manera más consciente y respetuosa. Más que una simple expresión artística, su trabajo es una llamada a la acción, un recordatorio de que todos tenemos un papel que desempeñar en la construcción de un futuro más esperanzador. En un momento crítico para nuestro planeta, su obra resuena con una urgencia que no podemos ignorar.

Atesoro el que Natalia destaca que los sueños no solo son manifestaciones individuales, sino que también reflejan las dinámicas sociales y culturales que nos rodean, lo que sugiere que al dar vida a esos sueños a través del arte, se nos presenta una oportunidad valiosa para cuestionar y reexaminar nuestra realidad. Su experiencia de caminar y compartir sueños con otros le recuerda que, a pesar de las diferencias, todos anhelamos una conexión y un entendimiento mutuo, lo que resalta la importancia de la comunidad en el proceso artístico y en la búsqueda de sentido en nuestras vidas.

Acerca de Natalia:

Natalia Sosa Molina es una artista argentina nacida en 1983 y graduada en Textiles por la Universidad de Buenos Aires. Su trayectoria incluye residencias en lugares destacados como Felipa Manuela en Madrid, la Fundación la Tintorera en San Pedro de Atacama, y PIVÔ en São Paulo. Su trabajo explora la relación entre identidad, naturaleza y paisaje, abordando problemáticas socio-políticas y económicas. Desde 2014, ha estado activa en la creación de ciclos de arte contemporáneo latinoamericano y programas públicos. También ha contribuido a diversas revistas especializadas y forma parte del equipo curatorial de la plataforma RESET en Buenos Aires. Sosa Molina se centra en generar diálogos a través de su práctica artística y curatorial, buscando conectar las experiencias y traumas compartidos de las comunidades.