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Banxico. Actuar bien, quedar bien
La buena noticia del menor incremento en la inflación general es que habría margen para evitar en México una estanflación durante el próximo año.
Antes de ver la contribución que pueda hacer la Junta de Gobierno del Banco de México para un 2025 con menores costos del dinero, hay que hacer notar los efectos positivos de que haya iniciado con continuidad la temporada de lluvias.
Tras la sequía de la temporada invierno-primavera, las precipitaciones parece que le cambiaron la suerte al sector primario que de acuerdo con el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) tuvo un repunte en julio de 12.5% en términos anuales.
Mientras que el subíndice de precios agropecuarios, dentro de la inflación no subyacente, tuvo un resultado negativo durante la primera quincena de septiembre de 0.83 por ciento.
El sector agropecuario tiene un peso relativamente pequeño en la economía, pero es muy importante en el componente de consumo de los mexicanos, y por ahora ayudó a tener una expectativa de que puede bajar en el costo del dinero.
Es un hecho que la economía en general muestra signos de desaceleración, que no deben ser determinantes en la evaluación de los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México al momento de tomar una decisión de política monetaria, pero sabemos que hay algunos que sí incorporan esos indicadores en su proceso de determinación.
Es un hecho que hoy es el día en que todos saben más que los integrantes de la Junta de Gobierno, cada analista o entusiasta tiene su propia certeza de lo que hoy habrán de determinar los banqueros centrales mexicanos respecto a la decisión de política monetaria que se discute desde hoy y se anuncia mañana.
Sería un poco en contra del sentido común que no se anunciara mañana alguna baja en la tasa interbancaria a un día que se mantiene en 10.75 por ciento.
Los argumentos a favor de bajar la tasa, hasta en medio punto porcentual, son las evidencias en la baja del consumo, la desaceleración económica, la baja radical de la tasa referente de la Reserva Federal y, por supuesto, el más reciente dato de la inflación general que tuvo su repunte quincenal más bajo en más de 10 años.
A favor de un movimiento prudente de una baja de un cuarto de punto está el adelanto que ya tuvieron en la pasada reunión de política monetaria, el deslumbramiento que provoca en la medición inflacionaria el comportamiento errático de los precios agropecuarios, las resistencias de algunos precios dentro de la inflación subyacente, el costo adicional que ha sumado el régimen a la percepción de desconfianza en la economía mexicana y hasta Donald Trump.
En el casino de los mercados hay toda clase de apuestas de lo que hará el banco central mexicano, porque en ese juego también hay ganancias especulativas, lo cierto es que la prudencia es uno de los mayores valores de un banco central.
Si el Banxico se deja ver presionado por el mercado y baja 50 puntos base, pierde credibilidad. Si el banco central parece pecar de una lentitud extrema en sus reacciones monetarias, también pierde la confianza.
¿Dónde está el secreto para no terminar mal con todos? ¡En la comunicación de su decisión de política monetaria!
Si el Banxico se deja ver presionado por el mercado y baja 50 puntos base, pierde credibilidad. Si el banco central parece pecar de una lentitud extrema en sus reacciones monetarias, también pierde la confianza.
ecampos@eleconomista.mx