Lectura 3:00 min
El Jefe Diego, liberado, pero con consigna
Después de siete meses y seis días de su secuestro en Querétaro, ayer Diego Fernández de Cevallos fue liberado en las primeras horas del día en los límites de Guanajuato y el Estado de México.
Delgado, con la barba blanca y crecida, Diego Fernández de Cevallos dijo en su primera aparición que, como hombre de fe, perdonaba a sus secuestradores y como ciudadano pensaba que las autoridades tenían ahora una tarea pendiente, pero sin abuso, sin atropello, sin flagelaciones.
De acuerdo con funcionarios cercanos a la familia, Diego fue liberado en los primeros minutos de ayer por Huimilpan, Estado de México y Amealco de Buenfil. El acuerdo, además del pago, fue no revelar más que la consiga dada y la amenza fue clara: si tu fuiste, cualquier otro puede ser y el gobierno no puede evitarlo.
La noticia de su liberación,había corrido como pólvora. Su casa del DF lucía casi vacía, sin autos en el garage, sólo algunos trabajadores de vez en vez salían al patio. Pasaba la 1:30 de la tarde cuando Fernández de Cevallos se hizo presente.
Vestido con un pants gris, una playera azul y tenis color café, indicó ante decenas de medios: Solamente tengo motivos para bendecir a Dios y a la Virgen por la ayuda que momento a momento me dieron durante siete meses y fracción .
Fernández de Cevallos dijo que aprovechaba la presencia de reporteros para agradecer a los medios de comunicación y a los periodistas en lo individual por la actitud asumida en su caso.
Sólo quiero decirles que me encuentro bien, gracias a Dios, que estoy fuerte y que mi vida seguirá siendo la misma.Por lo que se refiere a los secuestradores, por supuesto que como hombre de fe ya perdoné. Y como ciudadano creo que las autoridades tienen una tarea pendiente.
Finalmente para concluir este saludo, decirles que tengo una actitud perfectamente definida: Vivir para adelante, sin miedos, sin cobardías, sin arrogancias, pero con definición y con valor .
Camino unos pasos con rumbo a la puerta. Debajo de ella soltó: Me permiten hacerles una pregunta: ¿qué se les ofrece? , risas y preguntas fueron la respuesta, aunque ya no hubo réplica del excandidato presidencial.
Posteriormente entró al domicilio, de donde saldría minutos después. Tal como llegó, salió conduciendo un auto gris, seguido de escoltas que hacían lo propio en un vehículo negro.
El 14 de mayo del 2010, Diego Fernández de Cevallos fue secuestrado en las inmediaciones de su hacienda, localizada en el estado de Querétaro.
Los plagiarios, autodenominados Los misteriosos desaparecedores, difundieron durante el cautiverio imágenes del político en señal de que estaba con vida. Antes de la liberación, difundieron un comunicado para exponer los supuestos motivos de la acción.
mrubi@eleconomista.com.mx