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Iglesia pide proteger a curas del narcotráfico
En el documento "Narcotraficantes, en la puerta del infierno", el clero asegura que "si es preciso que los ministros den su sangre para proteger a los fieles, no dudarán en hacerlo".
La Iglesia católica de México reclamó al gobierno "protección" para sus sacerdotes luego de que un prelado difundió el nombre de una localidad donde supuestamente vive el prófugo Joaquín 'el Chapo' Guzmán, el narcotraficante más buscado del país.
"En varias partes del país (los sacerdotes) han sido intimidados o amenazados, en relación a la creciente ola de violencia que, desde hace varios años viene cobrando innumerables vidas", indicó un documento de la Arquidiócesis de México, difundido este jueves.
La cúpula católica de México, el segundo país con más fieles de esa religión en el mundo detrás de Brasil, sostuvo que el arzobispo de Durango, Héctor González, identificó el sitio donde viviría 'el Chapo' Guzmán "pensando en la seguridad de los sacerdotes".
González dijo el viernes pasado que "más adelante de Guanacevi (Durango), por ahí vive 'El Chapo', todos lo sabemos, menos la autoridad".
- Sin indicios: PGR
Por su lado, la Procuraduría General de la República, a través de su delegado en Durango, Francisco Cabrera Oliver, dijo no tener "ningún indicio" de la presencia del narcotraficante en ese estado.
Tras la denuncia del obispo, dos militares aparecieron asesinados el miércoles en Durango y junto a sus cadáveres se encontraron mensajes con la leyenda "con 'el Chapo' no van a poder gobiernos ni curas", según la prensa, aunque no se ha confirmado oficialmente.
"Nos preocupa la seguridad de nuestros obispos, sacerdotes y fieles, pero es obligación de la Iglesia alzar la voz contra de aquellos criminales que dañan la sociedad, aunque sacerdotes y militares pongan en riesgo su vida en medio de la impunidad", dice el documento "Narcotraficantes, en la puerta del infierno".
La declaración asegura luego que "si es preciso que los ministros de la Iglesia derramen su sangre para proteger a los fieles que Dios le ha encomendado, no dudarán en hacerlo".
En México tres sacerdotes han sido asesinados en 2007, según datos del portal católico El Observador.
En tanto, unos 300 curas han abandonado sus iglesias a raíz de amenazas, de acuerdo con el senador Fernando Castro Trenti, del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En cambio, un alto dignatario, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Carlos Aguilar Retes, admitió hace un año que los narcotraficantes son "muy generosos" con los pueblos en los que actúan y que incluso algunas veces "construyen" hasta alguna capilla.
"El dinero que obtiene el narcotráfico es dinero sucio que de ningún modo se 'purifica' con actos piadosos", respondió, de su lado, el arzobispado mexicano, la máxima instancia de la Iglesia Católica.
Las declaraciones de Aguilar Retes renovaron dudas sobre una presunta relación de representantes de la iglesia mexicana con capos de la droga, que surgieron en 1993, cuando el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo murió en medio de un confuso enfrentamiento armado en el norte del país entre el cártel de Tijuana y el de 'Chapo' Guzmán.
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