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Reforma energética, contra cambio climático: Semarnat
Juan José Guerra Abud aseguró que los cambios a la Constitución en materia energética beneficiarán al medio ambiente. Niega que el proceso de extracción, fracking, sea contaminante.
Cancún, Quintana Roo. Ante uno de los mayores retos que enfrenta la humanidad: el cambio climático; la directora ejecutiva y presidenta del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por su sigla en inglés) Naoko Ishii exhortó a los gobiernos internacionales implementar acciones concretas y viables para afrontar los efectos del calentamiento global.
En la ceremonia de inauguración de la Quinta Asamblea del GEF, que se celebra del 25 al 30 de mayo en esta ciudad, Ishii expuso la necesidad de enfrentar el reto que representa el Cambio Climático en el mundo.
Dichos impactos cuestan 7% del Producto Interno Bruto (PIB), refirió por su parte el subsecretario de Hacienda, Fernando Aportela, quien en conferencia de prensa enfatizó que por cada dólar que se invierte en mitigación y adaptación se ahorran cuatro más.
Ishii indicó que el crecimiento económico y el poblacional deben ir acompañados de un desarrollo sustentable, sistema en el que, mientras se conserven los recursos naturales, se generen empleos bien remunerados.
EN DEBATE LA REFORMA ENERGÉTICA
Al participar en la ceremonia de arranque de los trabajos de la Asamblea General del GEF, el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Juan José Guerra Abud, defendió la reforma energética al indicar que en México esta modificación permitirá concretar los compromisos de reducción de Gas Efecto Invernadero.
El gran beneficiario de la reforma energética es el medio ambiente , aseguró, toda vez que más de 60% de los gases contaminantes que emite el país proviene de este sector. Explicó que gracias a estos cambios constitucionales se generarán más energías limpias.
En todos los países, la principal fuente de emisión de gases efecto invernadero es el sector energía. Gracias a esta reforma (...) México sin duda va a cumplir su compromiso con el planeta de reducir sus emisiones de gases efecto invernadero .
Señaló a la producción de gas natural como una de las principales vías para reducir la huella de carbono en el país, ya que en su opinión es el hidrocarburo más limpio.
Aseguró que el proceso de fracturación de roca para obtener ese recurso no renovable, conocido como fracking, el cual es blanco de críticas de ambientalistas y organizaciones gubernamentales, no es contaminante ya que las nuevas tecnologías emplean productos biodegradables, o en el peor de los escenarios, el daño sería mínimo .
A su vez, el Instituto Global para la Sostenibilidad (IGS) de la EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey distribuyó el documento Energías Renovables para la Competitividad de México , en cuyo texto introductorio la fundadora, Isabel Studer, expone: Nos preocupa que se pueda generar un candado en el gas si no se desarrollan otras fuentes de energía .
El documento asienta que, en el caso de las energías renovables, la apertura concebida en la reforma energética es un paso indispensable pero no es suficiente para resolver las barreras económico-financieras, tecnológicas y de capacidad institucional que han impedido el aprovechamiento del potencial de México en estas fuentes energéticas, dejando pasar la oportunidad para convertirlas en motor de crecimiento económico e impulso a la innovación y productividad del país
La discusión formal de la Asamblea General del GEF comenzó ayer con la principal tarea de definir la manera y el destino en que se repartirán entre los países receptores los 4.3 millones de dólares que lograron recaudarse para los próximos cuatro años.
La Asamblea General del GEF retoma el trabajo realizado por su Consejo los últimos días para determinar cómo y hacia qué programas se destinará dinero. Este fideicomiso se creó hace 23 años y se alimenta de las aportaciones financieras de las naciones desarrolladas y algunas en vías de desarrollo; la asignación de financiamiento se realiza cada cuatro años.
Este fondo sirve para que todos los países logren proyectos específicos de cuidado medioambiental en cinco áreas focales: diversidad biológica, degradación de la tierra, aguas internacionales, químicos y desechos contaminantes orgánicos persistentes. Lo integran 183 países, de los cuales 150 asistieron a Cancún.