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Medidas contra drogas no reducen la violencia: ONU
A pesar de las enérgicas medidas adoptadas por México para hacer frente al problema de las drogas, la violencia generalizada relacionada a éstas no ha cesado, revela el informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) 2011, órgano de las Naciones Unidas.
A pesar de las enérgicas medidas adoptadas por México para hacer frente al problema de las drogas, la violencia generalizada relacionada a éstas no ha cesado, revela el informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) 2011, órgano de las Naciones Unidas.
Antonio Mazzitelli, representante regional de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, dijo durante la presentación de este documento que la sociedad ha debido pagar un alto costo por la estrategia implementada en contra del narcotráfico, que ha derivado en 47,000 muertes, principalmente provenientes de las bandas criminales .
Si hablamos de la lucha en contra de las drogas, el balance (en México) es positivo; desafortunadamente tiene repercusión en la violencia , destacó el diplomático.
El funcionario de las Naciones Unidas informó que en México, EU y Canadá se calculan 45,000 muertes al año por uso de sustancias psicotrópicas; sin embargo, Carlos Tena, Comisionado Nacional contra las Adicciones, expresó que el país no cuenta con cifras concretas.
DESPLOME DE COCAÍNA
De acuerdo con el documento de la JIFE, en los tres países de América del Norte, las incautaciones de cocaína disminuyeron alrededor de 43% entre el 2005 y el 2009, ello refleja menor consumo de la sustancia en la región.
El texto destaca el caso mexicano, ya que es, con mucho, el país en el que se ha registrado la disminución más pronunciada de las incautaciones , al pasar de más de 48 toneladas en el 2007, año de mayor registro, a 9.4 toneladas en el 2010; 12 toneladas menos que lo confiscado en el 2009.
La reducción de incautaciones de cocaína lleva a pensar que frente al aumento de decomisos de estupefacientes en el país y ante una política estadounidense de prevención que ha funcionado, el crimen organizado está redistribuyendo las rutas de tráfico de esta droga para no pasar por México.
ana.langner@eleconomista.mx