Lectura 6:00 min
85% de los casos de mama podrían ser curables si se detectan a tiempo
Para disminuir las cifras de mortalidad se requiere mejorar la eficiencia de los tratamientos y mejorar la calidad de vida de las mujeres.
En noviembre del 2018, María Isabel X de 43 años estaba explorando sus mamas, una acción que comúnmente realizaba cada mes frente al espejo de su baño, y detectó una bolita en el seno derecho, tomó acción y acudió rápidamente a su clínica.
En una conversación íntima con El Economista, María Isabel dijo que tenía pánico ya que había escuchado muchas historias sin esperanza. A finales de febrero del 2019 fue diagnosticada con cáncer de mama e inició una serie de análisis para ver la gravedad de la enfermedad.
Sin embargo, el aislamiento, las restricciones de movilidad y la prioridad del servicio de salud por atender a los contagiados por el Covid-19 afectaron sus tratamientos. “El miedo por contagio y la falta de servicio detuvo mi recuperación y el cáncer invadió mi seno y ahora en noviembre de este año, me realizarán una mastectomía (cirugía que extirpa totalmente el seno)”.
Los especialistas consideran que la pausa en servicios de salud por la pandemia de Covid-19 aceleraron la evolución del cáncer de mama y de todas las enfermedades en general.
La angustia está presente, en los últimos 10 años, las defunciones de mujeres por tumor maligno de la mama en México han aumentado casi 52%, al pasar de 5,222 mujeres en el 2011 a 7,925 mujeres en el 2021, según las estadísticas de mortalidad que difunde el Inegi.
La fundación CIMA mencionó que diariamente mueren 21 mujeres mexicanas debido a esta enfermedad y se detectan más de 15,000 nuevos casos cada año en la población de 20 años y más.
La preocupación es elevada, dijo María Isabel, sin embargo, “los doctores me han dicho que la tasa de sobrevivencia con cáncer de mama no metastásico (se extendió pero en la misma parte del cuerpo donde se formó) como es mi caso, es de arriba del 80 por ciento”.
¿Qué es el cáncer de mama?
Al hablar de cáncer de mama nos referimos a tumores malignos que se originan de en la glándula mamaria, en donde las células de la glándula mamaria pierden orden en su crecimiento, incluso son capaces de invadir tejidos vecinos u órganos distantes, en este caso hablamos de un cáncer avanzado o metastásico, así lo definió Juan Enrique Bargalló Rocha, jefe del departamento de Tumores Mamarios del Instituto Nacional de Cancerología (INCan).
Víctor Marín Cantú, especialista en ginecología y fertilidad mencionó que entre los principales factores de riesgo para el cáncer de mama se encuentran: ser mujer, la obesidad, no haber tenido hijos, no haber amamantado, antecedentes familiares de la enfermedad, el uso de hormonas como anticonceptivos o terapia durante la menopausia, y la edad, ya que la mitad de los casos de este tipo de cáncer ocurren en mujeres de 50 años o más.
Sumado a lo mencionado por Marín en un video en 1minuto.org, Bargalló dijo que existen factores de riesgo para reducir o modificar el cáncer de mama que son modificables, es decir, tenemos la capacidad de cambiar como son: el estilo de vida y dentro de este rubro específicamente la alimentación, la actividad física (hacer ejercicio o no), el consumo de alcohol y el control de peso. “Dentro de los factores no son modificables están en relación con genética, los antecedentes familiares, los antecedentes personales y los factores del entorno”.
Marín Cantú mencionó que desde hace 40 años se estableció que al parecer la deficiencia de vitamina D3 aumenta el riesgo de cáncer, de 15 o 16 tumores malignos, entre ellos de mama, por lo que es necesario que además de la activación física y la alimentación.
Dijo que si hay sobrepeso y obesidad, la mayor cantidad de grasa secuestra a la vitamina D3 impidiendo su acción antiinflamatoria e inmunológica en el cuerpo, por lo que también es más complicado bajar de peso.
Hablemos de los síntomas
Comúnmente, el primer hallazgo es cuando se palpa un nódulo o una bolita en la mama o en la axila, no siendo el único también se puede presentar aumento del grosor o hinchazón de la mama, enrojecimiento o descamación de la piel de la mama o en la zona del pezón, hundimiento del pezón, dolor, secreción por el pezón, cambios en la forma y tamaño de la mama.
Marín detalló que el 90% de las mujeres que comienzan con cáncer de mama no tenían antecedentes familiares, lo que demuestra la relevancia del cuidado que se debe tener en el estilo de vida que se lleva.
Tratamientos
Los médicos coinciden en que para disminuir las cifras de mortalidad es importante la detección oportuna y el acceso a tratamiento. Los tratamientos van de acuerdo a la etapa en la que se encuentre la enfermedad y que tengan mayor probabilidad de éxito, por lo que pueden sugerir: cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia hormonal o bien terapia dirigida y algunas pueden ser en combinación.
Entre el 75% y 85% de los casos podrían ser curables si se detectan a tiempo y son tratados adecuadamente. Sin embargo, actualmente solo 1 de cada 3 mujeres es diagnosticada en etapas tempranas.
“Para disminuir las cifras de mortalidad de afecciones como el cáncer de mama es apremiante que en colaboración con todos los actores clave del sector oncológico apostemos por la investigación científica ya que eso significa mejorar la eficiencia de los tratamientos y mejorar la calidad de vida de las personas”, comentó Héctor Valle Mesto, presidente ejecutivo de FUNSALUD.
“El objetivo más importante de la detección oportuna es encontrar la enfermedad antes de que surjan los síntomas, esto se puede lograr con la autoexploración, palpe sus senos, busque alguno de los síntomas” y realice la mastografía una vez al año, en mujeres de 40 años en adelante”, dijo Bargalló.
En marzo de 2021, la OMS presentó la Iniciativa que tiene como objetivo reducir la mortalidad mundial por cáncer de mama en 2.5% por año, evitando así unos 2.5 millones de muertes para 2040.
Las actividades de la iniciativa se centrarán en tres pilares: Promoción de la salud, diagnóstico oportuno, y tratamiento integral, incluyendo atención de apoyo.
El cáncer de mama además de traer afectaciones en la salud, también afecta la economía personal o la economía familiar, según Axa Seguros, un cáncer de mama en fase IV es hasta 418% más costoso que uno en fase I, 221% que en fase II, y 98% con respecto a una fase III y a las mujeres en fase II les cuesta 61% más el tratamiento que las diagnosticadas con fase I.
Pero lo más importante es tomar acción a nivel personal: conoce tu cuerpo, explora tus mamas, realiza tus chequeos anuales y cualquier síntoma o duda acude a tu médico.
patricia.ortega@eleconomista.mx