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En detección de SARS-CoV-2 a través de aguas residuales, el Tec de Monterrey pone el ejemplo

MARTEC lleva a cabo un sistema de análisis periódico de las aguas residuales en los campus del Tecnológico de Monterrey para detectar oportunamente la presencia del virus SARS-COV-2 en la población de la Institución. Esto permitirá una reapertura consciente, con base en el conocimiento y con la participación de la comunidad.

El Tecnológico de Monterrey construyó el Laboratorio de Monitoreo de Aguas Residuales (MARTEC) con tecnología de clase mundial para la detección de riesgo de contagio de Covid-19 en etapa temprana, este fue presentado en el pasado Congreso de Investigación y Desarrollo 2021 de la misma institución.

“Desde hace varios años comenzamos a trabajar con el concepto de metabolismo urbano, esto significa que tomas el agua residual y la transformas en una fuente de información para la ciudad, es un concepto muy interesante porque todas las personas de una ciudad contribuyen a este deshecho que lleva marcadores de nuestro estado de salud”, explica en entrevista el doctor en Biotecnología Roberto Parra, director de MARTEC.

En 2017 se aceptó la propuesta para comenzar a trabajar desde el Tecnológico de Monterrey, un proyecto que de inicio fue financiado por el Global Consortium for Sustainability Outcomes (GCSO), y en conjunto con la Arizona State University, la Doublin City University, en Irlanda y el Kings College London. Este fue un proyecto colaborativo que inició con mucho éxito, “debemos entender que no podemos pelear solos contra los grandes retos de la humanidad, la unión es muy importante, y en investigación, más”.

Antes del proyecto dirigido a Covid-19, los equipos de investigación ya habían obtenido resultados interesantes, por ejemplo, las diferencias de los antibióticos que se prescriben en diversos países. Gracias a esto ya se tenía cierto desarrollo tecnológico, por lo que en una etapa incluso se le presentó a las autoridades de salud mexicanas la solución de ir monitoreando el pulso de la ciudad con marcadores para ciertas actividades, esto no fue aceptado, pero al presentarse la pandemia regresó el interés por el proyecto.

De entrada, el mismo Tec de Monterrey adoptó el sistema e inyectó financiamiento para mejorar el laboratorio ahora denominado MARTEC, la idea es que se tuvieran todas las capacidades en México y de esta manera tomar las decisiones sobre la pandemia a partir del agua y el conocimiento. 

Gracias a la detección temprana de material genético de coronavirus mediante la inyección directa en aguas residuales se puede detectar prevalencia del virus SARS-CoV-2 en población asintomática o en personas con síntomas muy leves, ya que esto representa un verdadero reto para la gestión de la crisis sanitaria actual.  La muestra se analiza y posteriormente, en caso de detectarse una cantidad importante de restos del coronavirus, el departamento de Servicios Médicos de la Institución, en conjunto con TecSalud, el Sistema de Salud del Tec de Monterrey, activa tres protocolos de respuesta que permiten detener la cadena de contagios:

1. Estudios de trazabilidad de casos y notificación

2. Programación de Pruebas PCR

3. Monitoreo a distancia por telemedicina para las personas con diagnóstico positivo a Covid-19.

“Los campus son como pequeñas ciudades y son modelos muy controlados que permiten ver claramente el funcionamiento. Implementarlo nos ha permitido detectar contagios antes de que haya epidemia, esto es muy importante porque casi el 80% de los contagios se hace por gente asintomática, es decir no tiene molestias, pero es portador del virus, este sistema ha permitido detectarlos”,

El doctor Parra asegura que lo mejor de todo es que MARTEC podría extrapolarse en cualquier espacio, municipios, edificios, en la industria, hospitales, escuelas, “el potencial es muy grande porque se puede monitorear a toda una población o un pequeño grupo”.

Hoy el laboratorio tiene la visión de seguir adelante para generar nuevos protocolos y desarrollar nuevas capacidades, por ejemplo para validar nuevas mutaciones.

El especialista en biotecnología concluye que aunque parece un proyecto futurista y no estamos acostumbrados, debería aprovecharse esta tecnología mexicana, “aunque para levantar proyectos de esta naturaleza se necesitaría una infraestructura con laboratorios de monitoreo, el costo es una pequeña fracción de lo que ya se utiliza en otras alternativas sin grandes resultados”.

nelly.toche@eleconomista.mx

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