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Arte e Ideas

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“Nos enfrentamos a una nueva manera de enseñar y aprender”

En marzo las instituciones de educación superior sufrieron una adaptación muy rápida que supuso un esfuerzo de un día para otro para adoptar el modo online, esto venía acompañado de incertidumbre de si esta cuestión duraría semanas, meses o más.

Entrevista a Santiago García Álvarez, rector de la UP.

En marzo las instituciones de educación superior sufrieron una adaptación muy rápida que supuso un esfuerzo de un día para otro para adoptar el modo online, esto venía acompañado de incertidumbre de si esta cuestión duraría semanas, meses o más. En su momento se hizo un gran esfuerzo, sin embargo, de ese primer instante de adaptación a la fecha, ha habido cambios importantes; con el verano vinieron etapas de capacitación intensiva para que en agosto, este trabajo de las instituciones educativas  se viera reflejado.

Un ejemplo de ello es la Universidad Panamericana Ciudad de México, que diseñó el programa Apolo XXI con un grupo interdisciplinario de expertos en tecnología educativa y académicos, “se diseñaron una serie de planes de trabajo para los profesores con herramientas para implementarlas al inicio de clases”, explica el doctor Santiago García Álvarez, rector de la institución. “Las cuestiones metodológicas y didácticas han cambiado, es una nueva manera de enseñar y aprender. Gracias a simuladores, encuestas, dinámicas de trabajo en equipo y de participación”.

El rector dijo que hoy la planeación de clases es distinta; los tiempos de descanso mental, expositivos, de internalización, participación, y destinado al uso de herramientas, todo eso se ha distribuido de forma diferente, pero con una experiencia positiva. “En este momento como universidad estamos preparados y se están dando los resultados”.

Características de los nuevos modelos

Algo que probablemente en el pasado se habría planeado con mucha calma, de repente se ha incorporado de manera vertiginosa, “eso nos ha obligado a todos a movernos, esto ha acelerado la transición hacia los modelos híbridos y blended”, retomando los aciertos del e-learning y los elementos más destacados de la educación presencial, esta mezcla donde se estudia en casa, la tarea o práctica se realiza en clase y se intercalan una serie de actividades extraordinarias, “se presentaba para una condición en el futuro, pero en este momento es una realidad y se pueden lograr modelos muy interesantes y provechosos”.

Por ejemplo, sabemos que la capacidad de atención del alumno por la vía digital es menor que la vía presencial, por lo tanto, “las clases deben ser más dinámicas y se debe dejar mayor protagonismo al estudiante”, explica García Álvarez.

En este sentido, el experto actúa como un guía o facilitador, además de formador de virtudes humanas, así el estudiante desarrolla nuevas habilidades y lo logra en diferentes momentos y espacios de su vida. “Con las nuevas herramientas se ha logrado un engagement muy positivo, aunque quedan algunos retos, como las materias prácticas y de laboratorio, que requieren autorizaciones para retomarlas con seguridad”.

El rector universitario agregó que no solamente como universidades, sino como sociedad debemos seguir desarrollando capacidades de resiliencia, manejo de riesgo e incertidumbre, “son competencias que en este momento la realidad nos está forzando a que la sepamos vivir de una mejor manera”.

Una generación más resiliente

El doctor García Álvarez hizo una última reflexión. Desde el ámbito educativo, la generación llamada centenial o Z (jóvenes que están entrando ahora a la universidad), había sido muy criticada, se decía que tenían menos elementos formativos que las anteriores y poca capacidad de resistencia; las comparaciones no les favorecían.

“Una de las enseñanzas de esta pandemia es lo valiosa de esta generación, el hecho de pasar a un modelo online de un día para otro, graduarse y empezar la universidad por la misma vía, tiene dos grandes fortalezas: Hace cinco años los jóvenes no hubieran tenido la capacidad tecnológica para migrar tan rápido, estos jóvenes son nativos digitales, por lo que la transición ha sido suave.

Además, es una generación con fortaleza y resiliencia. A pesar de las circunstancias, se tuvieron menos bajas que de los semestres anteriores, no se cayó la matrícula y al contrario creció un poco. Saben manejar la incertidumbre y son capaces de superar la dificultad, es un signo esperanzador en relación con esta generación que además nos deja un aprendizaje, concluyó Santiago García Álvarez.

nelly.toche@eleconomista.mx

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