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Arte e Ideas

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OIT analiza estatus y desafíos del trabajo en el sector cultural

La revolución digital en el acceso a la cultura ha convertido diversos bienes en servicios culturales y esto replantea la relación laboral del sector en el mundo. En México el 65% de los trabajadores de la cultura labora bajo contratos temporales que derivan en informalidad y vulnerabilidad.

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Diversity,On,The,Internet,And,The,Workplace,With,Different,RacesCopyright (c) 2020 kentoh/Shutterstock. No use without permission., Shutterstock

¿Cuáles son las principales oportunidades y desafíos para promover el trabajo decente y aprovechar todo el potencial económico y de empleo en el sector de las artes y el entretenimiento, en un contexto de avances digitales y tecnológicos? ¿Qué políticas y medidas han funcionado, cuáles no han funcionado bien y qué debe hacerse para asegurar que el futuro del trabajo en el sector sea inclusivo, sostenible y resiliente?

Estos son sólo dos de los puntos a discusión que a lo largo de esta semana sostienen funcionarios culturales y profesionales del sector de todo el mundo convocados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Ginebra, Suiza, para tomar parte de la “Reunión técnica sobre el futuro del trabajo en el sector de las artes y el entretenimiento”.

Para sentar las bases de la reunión, la OIT presentó el informe El futuro del trabajo en el sector de las artes y el entretenimiento a manera de referencia cualitativa y cuantitativa sobre la situación laboral en la última década, los efectos por la revolución tecnológica y la irrupción de la pandemia. Aquí se destacan algunos puntos de este documento.

La cuarta revolución y sus intríngulis

El desarrollo de la denominada “cuarta revolución industrial” durante la década pasada cambió en gran medida las maneras del sector productivo cultural, sobre todo en subsectores o industrias como la audiovisual, la musical y la editorial. Uno de los grandes cambios, como detalla el informe, fue la desmaterialización de muchos productos culturales y, por ende, su transformación a servicios culturales y sus formas de comercio.

“La cuarta revolución industrial ha ido más allá de la simple reproducibilidad tecnológica del arte para generar nuevas formas de emprendimiento y nuevos modelos de negocio”, indica el informe. “Esto significa que, aparte de los enfoques nacionales o únicamente públicos del desarrollo cultural, se precisan otras medidas, como políticas sociales y de empleo, y estrategias tecnológicas y de innovación”.

Esto deriva en un cambio y diversificación de los esquemas laborales bajo los que trabaja el sector creativo. Hoy en día, en el mundo, hay más trabajadores de la cultura que firman contratos por proyectos, por encargo o bajo regímenes de subcontratación.

En este sentido, el informe expone, con base en datos a 2019, que el 59% de las personas involucradas en actividades creativas, artísticas y de entretenimiento en el mundo trabaja bajo contratos temporales y sólo el 14% goza de contratos permanentes. Y para el caso específico de México, el 65% del sector cultural trabaja bajo esquemas temporales. Entre 2015 y 2019, en el país el porcentaje de los trabajadores de la cultura por cuenta propia creció un 13.7 por ciento.

“El streaming ha cambiado la organización del trabajo en la cadena de suministro de esta industria”, advierte la OIT a partir de estos datos.

La informalidad en el sector

“Si bien la pandemia de covid-19 puso de relieve el papel fundamental de las actividades culturales para la preservación de ciertos medios de subsistencia, incluso fuera de las estructuras de la economía formal, las industrias culturales presentan una elevada proporción de informalidad, que socava la capacidad de los trabajadores y las empresas del sector para disfrutar plenamente de unas condiciones de trabajo decentes, de apoyo financiero viable y de un entorno propicio para el desarrollo empresarial”, se argumenta.

Estudios en Argentina, Colombia y México evidencian “importantes focos de informalidad” por los que los gremios enfrentan dificultades como el trabajo no declarado, el subempleo y la incertidumbre laboral. “Esa incertidumbre tiene un impacto negativo sobre el acceso a la protección social, en particular a los regímenes de salud y de pensiones, así como sobre la aplicación efectiva de los derechos de propiedad intelectual y de remuneración”.

Un acceso insuficiente a la financiación o a los mercados, la falta de acceso a las tecnologías o a la formación sobre estas, así como la falta de voz y de representación son algunos de las afecciones de los trabajadores señaladas por el documento.

La OIT sugiere contemplar políticas públicas de afiliación obligatoria para asegurar la cobertura efectiva.

México se rezaga en exportación e importación cultural

Entre 2010 y 2019, México fue uno de los dos países incluidos en el reporte con el mayor decrecimiento tanto en importaciones como en exportaciones de servicios culturales y recreativos. En importaciones de servicios culturales el país decreció 82% y en exportaciones se contrajo 65%. Para contrastar, durante el mismo periodo Argentina tuvo un crecimiento en ambos rubros de 185% y 48%, respectivamente.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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