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Extensión de la jornada laboral: El problema no son los contratos, es la cultura de la empresa

Una cultura que vincula la productividad y el compromiso con las horas de trabajo, con una baja capacitación de los líderes y entrenamiento para los empleados, son factores que influyen en la prolongación del tiempo laboral.

Extensión de la jornada laboral: El problema no son los contratos, es la cultura de la empresa

Si de un tema se ha hablado (y escrito) en los últimos meses, es de la jornada laboral. Ya sea por el esfuerzo legislativo por reducirla o por la reforma que tipificó los horarios de trabajo excesivos como delito de explotación laboral. Pero mucho de la extensión del tiempo de trabajo tiene más relación con las culturas organizacionales que con aspectos legales.

“Hay una cultura arraigada de que las personas que se van antes que el jefe, no tienen compromiso con el trabajo. Esto se tiene que cambiar, cuando se gestiona por objetivos o resultados, se pueden pensar jornadas de menor tiempo e incluso en semanas de cuatro días”, afirma Olivia Segura, socia de Asesoría en Capital Humano y Gestión de Talento de KPMG México.

En junio, el tema del tiempo de trabajo retornó a la discusión pública luego de la entrada en vigor de la reforma a la Ley de Trata de Personas que incluyó las jornadas excesivas como explotación laboral y con implicaciones penales. Un cambio que no demoró mucho en generar ruido en un país donde la prolongación de los horarios laborales son una característica del mercado de trabajo, los mexicanos destinan 26.6% más horas al trabajo que el promedio de las economías que integran la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

Y aunque en este escenario, es importante la revisión de los contratos de trabajo, la otra cara de la moneda es que en la mayoría de los casos la extensión de las jornadas laborales se relaciona más con la gestión práctica de los empleados.

“Lo que sucede en el día a día dista mucho de lo que se establece en un contrato. Las personas que determinan la duración de la jornada de trabajo, la distribución de roles, y quiénes sí trabajan tiempo extra, son los jefes directos, la gente que está en el día a día, y no siempre tienen presente los principios establecidos desde Recursos Humanos”, apunta Luis Peña, socio de People Advisory Services, Seguridad Social y Compensación de EY México.

Las áreas de Recursos Humanos están conscientes que el cumplimiento de los límites legales de horas de trabajo es un asunto que no puede abordarse sin cambios a nivel organizacional, además de los ajustes legales.

De acuerdo con un sondeo realizado por la Asociación de Relaciones Industriales de Occidente (ARIOAC) sobre los impactos de la reforma a la Ley de Trata de Personas, la segunda medida que las empresas prevén adoptar es la capacitación y formación del personal, incluyendo los líderes. La primera acción son los ajustes de horarios.

“Trabajar 12 o 14 horas todos los días de lunes a sábado, rolar del turno de la noche a la mañana, eso sucede en el día a día en las empresas”, expone Luis Peña.

Según la encuesta Termómetro Laboral de OCC, los factores -reportados por los propios trabajadores- que más inciden en la extensión de la jornada laboral son una mala organización, falta de personal, mala planeación de los jefes y errores durante el horario laboral.

Desde la perspectiva de Olivia Segura, el teletrabajo en algunos casos se convirtió en un factor más de extensión del horario de trabajo. “Los correos y mensajes llegan a cualquier hora. Es una barrera que se desdibujó, en la virtualidad pareciera que la gente debe estar disponible todo el tiempo y si no contesta, se piensa que no hay compromiso”.

Para Luis Peña, uno de los retos que tiene México para alcanzar un respeto en el tiempo de trabajo es gestionar la productividad de las personas, y no las horas de entrada y de salida. “Hay que darnos cuenta que en la mayoría de las industrias, para la fuerza laboral de primera línea el 98% de las prestaciones están ligadas a conceptos fijos, eso quiere decir que en México no sabemos compensar la productividad”.

Cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) muestran que 4.8 millones de trabajadores subordinados tienen una jornada laboral que supera las 56 horas por semana; es decir, exceden el límite legal de 48 horas y el tiempo extraordinario permitido.

Y el tiempo adicional no siempre se compensa

La extensión del tiempo de trabajo no es el único reto relacionado con las horas laborales. De acuerdo con una encuesta de Indeed, el 60% de los trabajadores labora tiempo extra en sus empresas, de ese universo, cuatro de cada 10 no recibe la compensación correspondiente.

La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) identifica el pago de horas extra como el cuarto incumplimiento más frecuente identificado en las inspecciones de condiciones generales de trabajo en las empresas.

La reforma a la Ley de Trata de Personas, que avivó la discusión en torno a la jornada laboral, está enfocada en los horarios de trabajo que exceden el tiempo extraordinario, situación que puede configurar un delito de explotación laboral.

“Debe interpretarse de conformidad con la legislación laboral vigente, la cual permite que una persona pueda trabajar horas extras y percibir una remuneración a cambio; por tanto, si voluntariamente opta por trabajar en un horario o jornada mayor a la habitual, tendrá derecho a una remuneración por el excedente”, indica el dictamen aprobado por el Congreso de la Unión que dio vida a la reforma.

¿Cómo avanzar en menos tiempo de trabajo?

Olivia Segura considera que la capacitación del personal es una medida importante para evitar la extensión del tiempo de trabajo. En algunos casos, la prolongación del horario laboral se debe a que las personas no cuentan con las habilidades necesarias para ejecutar sus actividades.

“Otro punto importante es el impacto de la tecnología, con la implementación de nuevas herramientas existe un reto para el famoso upskilling y reskilling, para saber cómo se usarán estas herramientas, que la gente no tenga que adivinar lo que debe hacer con los nuevos sistemas y que eso, alargue la jornada laboral”, señala la especialista.

Y la implementación de herramientas digitales, agrega Olivia Segura, puede contribuir a medir el desempeño de las personas y también las cargas de trabajo. “Este tipo de sistemas permiten entender cuando las cargas laborales no están bien distribuidas”.

Para Luis Peña, en México parte del atraso en reducción de jornada laboral se debe a que “premiamos durante muchos años ser un país de mano de obra barata”, y en ese escenario, lo importante en las empresas era “tener muchas manos”, no los procesos. “Hoy si queremos competir en una cancha de alto nivel, tenemos que invertir en tecnología para optimizar procesos y demandar una mano de obra más especializada”.

Los factores clave, afirma el especialista, es inversión en digitalización y automatización de procesos, y el desarrollo de nuevas habilidades en el talento. Mientras no se cuente con esa fórmula, “no vamos a poder hablar de reducción de jornada y de orientación al bienestar de los colaboradores”.

Periodista especializado en políticas laborales, indicadores de empleo, futuro del trabajo, desarrollo de carrera, recursos humanos y salud laboral. Actualmente es editor de Capital Humano.

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