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Al Attiyah, un Príncipe que jamás se da por vencido

El príncipe catarí es un personaje enigmático pero al mismo tiempo sencillo y amable con los que lo rodean. Su carácter indomable lo ha llevado a conseguir una medalla olímpica y a ser un atleta muy competitivo.

León. Nasser Al-Attiyah está muy cerca de la orilla de la piscina del hotel Real de Minas, donde se lleva a cabo una reunión en la que están integrantes de su equipo, Qatar M-Sport, con el que participa en Guanajuato. Para él no hay límite de tiempo en las entrevistas y sesiones que los medios de comunicación nacionales y extranjeros realizan con motivo del Rally México 2013.

Luego de observar su comunicación verbal y no verbal, se corrobora en amplitud los testimonios e impresiones que de él se afirman: un personaje atento, amable, pero en sus rasgos faciales también deja entrever lo combativo que es como persona y deportista.

No en vano, el haber logrado una medalla olímpica en Londres 2012 en tiro (uno de sus pasatiempos), su disposición en trato hacia el público mexicano, los del sur del continente y en su país, lo hacen querido y respetado.

Él, Príncipe, a través del lazo consanguíneo con su tía, hermana de su padre, quien es madre de Hamad Bin Khalifa Al-Thani, Emir de Qatar, asume su posición como uno de los representantes de su nación por cualquier punto que frecuente en el orbe.

Tal sencillez no parece concordar con alguien que compró una mansión con valor de 5 millones de dólares en Córdoba, Argentina, el país donde se consagró campeón del Rally Dakar en el 2011, y ello generó que, a su regreso a Qatar, miles de habitantes lo esperaran con varias horas de antelación en el aeropuerto para reconocerle su victoria en dicha competencia.

Su poder económico hace que el rallismo sea otra más de sus actividades de esparcimiento, empero, gracias a él, es que muchos le admiran.

Nasser es una persona amable, muy buena; es callado, no es nervioso. Siempre está motivado y es un gran luchador a cada momento. Siempre tiene nuevas metas y jamás se da por vencido , expresa a El Economista, Ramy Menhem, su mánager y amigo.

Menhem conoce a Al-Attiyah, de 42 años, desde el 2003, lapso desde el cual el piloto ha tomado parte de categorías en PWRC (campeón en el 2006), SWRC y del ya mencionado Dakar.

Ramy deja claro cuál es el grado de carisma del atleta asiático, cuyo negocio familiar en el sector energético sirve como sostén de su carrera como piloto.

En Argentina estuvimos en un restaurante. La gente lo identificó y se le acercó para conocerlo. Nasser no tuvo problema en convivir con la gente por más de dos horas , expresa Menhem durante la charla.

Su mánager confiesa que aun cuando Al-Attiyah posee un título nobiliario, éste no interfiere para que lleve una vida normal en viajes; eso se constata con el buen trato y forma de dirigirse a los mecánicos e ingenieros de su equipo. Como persona es divertido. Le gusta disfrutar de la vida a cada momento , destaca Menhem.

Incluso cuando Nasser tiene gran aceptación en México y en el círculo que le rodea, donde tener carisma y cordialidad parece un dogma entre todos los miembros del Qatar M-Sport World Rally Team, su meta siempre apunta muy al sur de América.

A quien su padre le impidiera integrarse desde temprana edad al mundo motor tiene varios proyectos en mente, confiesa Ramy.

Ahora mismo él ya está trabajando fuerte para el Rally Dakar 2014, ahí donde el 2011 fue el mejor momento de su carrera , concluye.

diego.fragoso@eleconomista.mx

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