Lectura 3:00 min
Después de 16 años, León puede soñar...
El equipo del bajío disputará el título de liga ante américa, vigente monarca. desde hace más de 15 años que el conjunto no tiene la opción de coronarse con la copa.
La generación de Miltón Queiroz Tita, Martín Peña, Lupillo Castañeda y Francisco Uribe puede tener a sus herederos en Montes, Gullit Peña, Márquez y Boselli. León tuvo que esperar 16 años para regresar a una final, pero la dinámica del equipo guanajuatense y un gol del delantero argentino apaciguaron el mejor momento de Santos, cuando faltaban 40 minutos y un gol para que éstos llegaran a la final. El empate 2-2 colocó a Esmeraldas en la final del futbol mexicano ante América y en busca de un título que no gozan desde hace 21 años.
En el ADN de Panzas Verdes no existe la cadencia, la mesura o el análisis frío y calculador; por el contrario, el espíritu del equipo tiene dinamismo, proyección y velocidad.
Gustavo Matosas construyó un sistema para el equipo más vertical y goleador de la Liguilla -12 goles en cuatro partidos y sin conocer la derrota en la fiesta grande del balompié nacional-, justo lo que se necesita para conseguir el campeonato.
Por eso, León no tiene inconveniente para terminar sus jugadas a velocidad (con Britos y Arizala), en remates de cabeza y potencia física en el área chica (Boselli) y, sobre todo, con los trazos filtrados de sus mediocampistas Luis Montes, Carlos Peña y Juan José Vázquez hacia los costados, donde los centros son una constante y una amenaza.
El criterio de los jugadores visitantes quedó de manifiesto cuando, en los primeros minutos, las mejores oportunidades fueron creadas por Panzas Verdes; mientras, Guerreros se topó, una y otra vez, contra la muralla verde, comandada por Rafael Márquez, aquel jugador de clase y toque privilegiado que lo mismo recibía faltas, que se encaraba con Quintero.
El capitán de León salía desde su portería con balón controlado, entre tres rivales y con cabeza alta, como en sus mejores tiempos en Europa.
A pesar de que los locales tenían la urgencia de goles, el ímpetu de Santos no quedó reflejado en el número de llegadas de gol. Pedro Caixinha apostó por el juego físico en el área rival, alineando a Oribe Peralta y a Javier Orozco; Darwin Quintero fue removido al costado y en el ombligo de la cancha, la movilidad del tridente esmeralda superó a Juan Pablo Rodríguez y a Marc Crosas, siempre con un ritmo lento y detrás de sus rivales de zona.
Ya en el segundo tiempo, Santos puso en suspenso la eliminatoria, con el gol de Peralta; a partir de entonces, fueron cinco minutos de nervio, donde un gol de Guerreros dejaba fuera de la final a Panzas Verdes y sin presión por el tiempo.
Pero el gol de Mauro Boselli enfrió la reacción de Santos y cuando el partido se tornó vertiginoso, León sacó sus mejores armas: el contragolpe y la velocidad de sus jugadores. Así, Carlos Peña sentenció la eliminatoria al enfrentar a Oswaldo Sánchez, eludirlo y empujar el balón con la portería indefensa. El gol de penal de Juan Pablo Rodríguez puso epílogo al partido y comenzó el camino esmeralda para romper 21 años de sequía sin títulos.