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Estrellas al alcance en el Abierto mexicano

¿Cómo es el trato de los tenistas en el AMT? Los trabajadores del Hotel Princess lo cuentan.

Acapulco, Gro. Cada febrero el hotel Princess Mundo Imperial se convierte en una pasarela en la que se pueden mirar alrededor de 50 de los mejores tenistas del circuito de la ATP y la WTA. La mayoría se hospeda en este hotel ubicado al lado de las canchas donde se lleva a cabo el Abierto Mexicano de Tenis.

“Por aquí pasan todos los tenistas. Te das cuenta de que son deportistas por cómo están vestidos, además de sus físicos. Son altos y muy fuertes; las mujeres la verdad están muy guapas y llaman la atención. Cuando pasan aquí en el hotel, algunos van caminando solos, pero los que son más famosos sí cuentan con su equipo de seguridad privada.

“Pero la verdad es que todos son muy accesibles, aunque lleven su seguridad, se permite que les den autógrafos y se tomen fotos con los aficionados que se les acercan”, cuenta Aurelio, quien ha trabajado como recepcionista del lobby del hotel, durante todos los años desde que el Abierto está en Acapulco.

El recepcionista platica que es aficionado de Rafael Nadal y Juan Martín Del Potro, a quienes ya ha podido observar en persona durante otras ediciones del torneo.

Nadal no es huésped, él duerme en unas villas aledañas al evento. Aun así, los aficionados que están en el hotel no han podido disfrutar de la presencia del tenista español. Además de que todo el personal del hotel tiene estrictamente prohibido acercarse con los tenistas para pedir fotos u autógrafos.

Por otra parte, Andrés, quien trabaja en la cocina del complejo, habla sobre cómo la mayoría de los tenistas pide room service para comer o encuentran la manera de comer en privado. Esta medida es porque los tenistas tienen muchos aficionados, y tendrían problemas para poder comer con comodidad.

La mayoría de las veces que Andrés ha visto cómo los tenistas tratan a los aficionados, lo hacen con facilidad y destaca que son accesibles.

“Los tenistas son un cliente más”, dice Andrés, quien argumenta que aunque los clientes no sean deportistas, dan su mejor esfuerzo y servicio.

“Reconozco que son tenistas por el grupo de personas que se juntan alrededor de ellos cuando se pasean por el hotel”.

Laura, otra recepcionista del lugar, aseguró que al que ve que más gente se le acerca cuando pasa por la recepción es a un chico rubio y alto.

Se refiere al joven Alexander Zverev, quien a sus 21 años y en la tercera posición del ranking mundial de la ATP, lo vuelven uno de los principales atractivos del público en Acapulco. Además de mantener un buen trato con sus aficionados, pues en cada partido o práctica del jugador nunca faltan los gritos de “¡Zverev, te amo!”.

salvador.almeida@eleconomista.mx

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