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“La Transición no ha afectado”

En entrevista para El Economista, el director del torneo señala que los escándalos de corrupción de la constructora OHL y el cambio hacia el nuevo patrocinador (RLH properties) no han impactado de mala forma al evento.

En el otoño del 2015, el Mayakoba Golf Classic cumplía su novena edición desde que se realizaba en Playa del Carmen, Quintana Roo, y su tercer año desde que la constructora española Obrascón Huarte Lain (OHL) era su principal patrocinador. Después de todo, la empresa era propietaria del complejo hotelero y del campo donde se desarrollaba el evento. Al tiempo, la filial mexicana de la compañía, OHL México, padecía el primero de varios escándalos que estarían por venir.

En enero de ese año, se divulgaron dos audios en los que ejecutivos de la compañía acordaban aumentos de peaje en autopistas del Estado de México —que la compañía construyó— a cambio de pagar las vacaciones de Apolinar Vargas, entonces secretario de Comunicaciones del gobierno mexiquense. Vargas renunció al poco tiempo, pero el escándalo se encrudeció cuando se destapó el esquema mediante el cual —según una denuncia de la plataforma impulsada por Emilio Álvarez Icaza, exsecretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos— el PRI habría financiado ilegalmente varias campañas electorales gracias a los acuerdos económicos alcanzados con la constructora.

Desde entonces, OHL ha hecho una serie de movimientos para retirar sus inversiones de México, incluida la venta del complejo hotelero y el del campo “El Camaleón”, donde se disputa el Mayakoba Golf Classic, a la desarrolladora de hoteles de lujo RLH Properties por 57.2 millones de dólares.

En ese contexto, Joe Mazzeo —director del torneo— vivió esa etapa y explica en entrevista con El Economista cuál es la situación actual del evento.

“Todo el proceso de la venta (de OHL a RLH Properties) ha sido de una manera fluida, porque todos los que trabajamos en el complejo, el campo o el torneo hemos estado involucrados en esta transición.

“Es un cambio (la desinversión) que no le ha afectado al torneo. Pese a todo, el complejo sigue trabajando con normalidad, aunque con una nueva administración”, señaló.

Es verdad que, al menos desde que estallaron los escándalos de corrupción de la constructora, el torneo no se ha visto afectado económicamente u operativamente. De hecho, la bolsa que reparte el torneo se incrementó desde que OHL puso sus siglas en el nombre del evento.

Tan sólo del 2012 —el último año que no tuvo el patrocinio de la constructora— al 2013 —el primer año que sí lo tuvo—, la bolsa total incrementó de 3.7 a 6 millones de dólares. Desde ese 2013, la bolsa siempre ha crecido. Para esta edición reparte 7.2 millones.

Sin embargo, la aparición de OHL en el torneo paulatinamente se ha diluido. Para la edición del 2018 —que la constructora aún mantiene el patrocinio—, decidió retirar sus siglas del nombre del evento. En parte, por la venta del complejo y el campo de golf a RLH Properties y por la estrategia de desinversión en México que han llevado a cabo en los últimos años.

Con la retirada definitiva de OHL, también está en duda si el torneo se mantendrá en el país. Hasta el momento, las negociaciones para renovar el contrato con la PGA se mantienen, pero no han llegado a ningún acuerdo.

¿Cuál es el legado del torneo para México?

Sirvió para que el World Golf Championship Mexico Championships pudiera realizarse en la Ciudad de México (2017) y para que la PGA comprara y organizara el PGA Tour Latinoamérica (2012). Mayakoba se convirtió en una referencia importante para que ambos eventos pudieran concretarse y demostró que México y Latinoamérica pueden realizar grandes torneos.

¿Cual ha sido el impacto económico?

El año pasado, hicimos un estudio y descubrimos que hay una derrama de entre 17 y 20 millones de dólares. Ese dinero proviene de los espectadores que vienen a ver el evento, incluidos los turistas extranjeros.

Mazzeo añade que el evento realiza una buena inyección económica al estado de Quintana Roo, porque los turistas que acuden a presenciar el evento tienen una mayor solvencia económica respecto a otros visitantes.

“Gastan el triple en comparación a un turista normal, según algunos estudios que ha realizado el gobierno de Quintana Roo”, expuso.

El impacto no se limita a un tema económico, también a la buena imagen que ha dado en los mismos jugadores. El domingo pasado, Jordan Spieth —el golfista número 13 en el ranking mundial— mencionó que cumplirá un pendiente al jugar esta edición del Mayakoba Golf Classic.

“La organización y las experiencias que vivieron los golfistas y directivos de la PGA que vinieron en las primeras ediciones fueron fundamentales para que ellos mismos convencieran a otros jugadores de venir a Mayakoba. Eso demuestra el éxito de nuestra organización”, agregó el directivo.

Estos días pueden ser claves para la renovación del contrato que le permita al Mayakoba Golf Classic mantenerse en el calendario de la gira de la PGA, que ahora tendrá que negociar sin el impulso de OHL.

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