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Lloyd y la reivindicación del número 10

Las norteamericanas superaron 5-2 a Japón en un partido que definieron antes de los 15 minutos del partido; así llegó la corona, antes lo habían hecho en 1991 y 1999.

Carli Lloyd ingresó a la cancha concentrada, mientras compañeras y rivales la observaban con detenimiento. Su experiencia y sus 202 partidos como internacional no pasaron desapercibidos antes del silbatazo inicial, pero mucho menos una vez que el compromiso se puso en marcha. De la mano de su capitana, Estados Unidos aplastó 5-2 a Japón en la final del Mundial realizado en Canadá.

Quizá la jugadora que porta el número 10 (quien se llevó el Balón de Oro del torneo) en su espalda ingresó al terreno de juego tan seria debido a que recordaba que ante las japonesas casi siempre terminaba sonriendo, con los brazos en alto y alguna presea colgada de su cuello. Y esa historia de éxito volvió a repetirse y comenzó a gestarse apenas a los dos minutos, instante en el que tras el cobro de un tiro de esquina la delantera estelar del cuadro de Concacaf conectó de primera intención el balón que sólo pudo ser detenido por las redes.

Tres minutos más tarde, la misma Lloyd, en otra pelota detenida, encontró un rebote y definió con calma, situación que le permitió sonreír y festejar, como ya lo había hecho ante las niponas en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, justa en la que con sus dos tantos fueron campeonas. Antes, en Beijing 2008, también con una anotación suya, Estados Unidos se colgó el primer sitio, aunque en dicha oportunidad sus víctimas no fueron las mismas.

Justo en ese 2008, la futbolista más importante en la actualidad para el cuadro estadounidense fue nombrada la atleta del año, junto con Tom Howard, guardameta del combinado varonil. Carli volvió a aparecer de nueva cuenta después de que su compañera Holiday prendiera una pelota de aire para poner el 3-0 parcial. En esta ocasión la notación que le dio el triplete llegó con un disparo desde la media cancha, mismo que terminó por sentenciar la final y que significó su gol número 71 con la casaca nacional.

Con la actuación de su número 10 durante la primera mitad, Estados Unidos tenía ya en la bolsa el primer sitio del Mundial de Canadá, primer campeonato de este tipo que Carli festejó, ya que en las dos ediciones anteriores había conseguido el tercero y segundo puesto, cayendo en el duelo por el oro ante Japón, selección ante la que pudo cobrar venganza.

Para el segundo tiempo, ya con todo definido, Lloyd y sus compañeras terminaron de enfilar el duelo por el título, mismo que festejaron 45 minutos más tarde, con la líder de Estados Unidos eufórica, dejando atrás su figura seria, concentrada; ésa que intimidó a las japonesas aun antes del inicio del partido y que también le ha permitido erguirse como una de las futbolistas más importantes del mundo. (Con información de Carlos Herrera)

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