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Matt Kuchar y su caddie mexicano: un trabajo exitoso en poco tiempo
El campeón del torneo Mayakoba Golf Classic tuvo como consejero a un caddie mexicano que conoció por recomendación. El ’Tucán’, como le apodan, es ingeniero agrónomo de profesión y se ligó por accidente al golf. Ahora es reconocido tras guiar al estadounidense a su primera victoria desde el 2014.
Playa del Carmen, Quintana Roo
-”Estoy seguro de que pude morir. Me acuerdo bien”.
-¿Cómo fue el accidente?
“Venía de regreso en una carretera, en la noche. Tuve un evento y regresaba a mi casa. Estaba cansado y de repente me quedé dormido”.
-¿Qué pasó después?
“Choqué, salí golpeado, pero no tuve lesiones de gravedad. Ahí decidí que no iba a arriesgar mi vida por eso”.
-¿Y dejaste de tocar?
“Sí, no iba arriesgar mi vida por ser percusionista. Salía muy noche. No valía la pena”.
Ése fue el fin de la carrera musical de David Giral, uno de los tantos oficios a los que se dedicó en su vida.
David no se hubiera imaginado lo que le esperaba en su futuro. El 11 de noviembre de 2018 fue vital para que el golfista Matt Kuchar se coronara en el Mayakoba Golf Classic.
Así, la vida del caddie mexicano da un nuevo giro, como si fuera una historia escrita por un guionista.
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Matt Kuchar camina en el campo de golf El Camaleón con paso pausado. Llega hasta donde está la pelota, en el hoyo 12 en la segunda ronda del Mayakoba Golf Classic. Le pega con el putt y la pelota no emboca. Sólo aspira a un bogey y el estadounidense estalla en enojo.
“No se enojaba muy a menudo y sólo estalló dos veces en el torneo”, cuenta Giral.
“Cuando eso sucedía le decía: hey, tranquilo. Vamos bien. Cuéntame: ¿qué cenaste con tu esposa?”.
Su diálogo es planeado.
“Cuando eres caddie tienes que ser un psicólogo, un consejero. Sabía que tenía que sacarle de la cabeza el mal tiro, con cualquier cosa. Un comentario, una pregunta. No sólo estás para cargarle la bolsa al jugador, debes ayudarlo. Pero eso no es lo difícil, lo complicado es cuando eres caddie de niños. A ellos los tienes que fortalecer mentalmente, que la presión no los desborde”.
Giral ha sido caddie de niños, adolescentes y también de futbolistas y políticos. Cuenta que en alguna ocasión hizo mancuerna con Carlos Tévez y también estuvo en la tripleta con el presidente Enrique Peña Nieto.
-¿Qué tanto pesa la bolsa de Kuchar?
“Las bolsas de los golfistas no son pesadas, todo es cuestión de maña”.
-¿Cómo haces para que el peso de la bolsa no te tire o no la arrastres, cuando se mide cerca de 1.65 metros de estatura?
“Las piernas, todo está en las piernas. Deben de ser fuertes, pero no sólo es eso. Pero en mi caso, primero debí de recortar el tirante, luego me encorvo para cargarla y distribuir el peso en la espalda. Después me cuelgo otra bolsa en el otro hombro. Ese es el procedimiento completo”.
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Giral se tituló en Ingeniería Agrónoma en la Universidad Veracruzana. A inicios de la primera década del 2000 vino de vacaciones a la Riviera Maya y en el 2003 decidió radicar definitivamente en la región.
En Playa del Carmen ejerció su profesión, pero no siempre fue así. También trabajó como fotógrafo de guacamayas, vendió tours de motos acuáticas y fue percusionista. Fue en esa misma época en que le apodaron ‘el Tucán’, porque en alguna ocasión le pagó a un conjunto musical para que tocaran 10 canciones, entre ellas de los Tucanes de Tijuana.
Poco después fue uno de los encargados de construir el campo de golf Grand Coral, que también se encuentra en la Riviera Maya. Su profesión le permite calcular el impacto ambiental, reinserción de vegetación, entre otros aspectos. Con la elaboración del campo, poco a poco se enganchó con el deporte. Luego, se convirtió en caddie y en jugador ocasional.
“Conozco varios campos de la Riviera Maya y en El Camaleón he jugado por años. Lo conozco bien, incluidos sus secretos”.
Giral tomó fama de buen caddie en la región y poco a poco comenzó a ser mancuerna con jugadores profesionales. En el torneo clasificatorio para mexicanos para el Mayakoba Golf Classic fue el caddie de Armando Favela, con quien terminó ganando el torneo.
Su fama llegó hasta oídos de Joe Mazzeo, director del torneo que se realiza en El Camaleón.
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Matt Kuchar decidió en un arrebato venir al Mayakoba Golf Classic. Vino con su esposa y sus dos hijos. Sin embargo, su caddie le dijo que no podía asistir, porque en ese fin de semana tenía un compromiso. El estadounidense, quien no conseguía una victoria desde el 2014, no tenía quien hiciera mancuerna con él.
“Hola David, es urgente que te comuniques conmigo. Atentamente Joe”, se leía en un correo electrónico que Giral recibió.
“¿Hola?, Soy David, ‘el Tucán’. ¿Qué sucede, Joe?”, respondió.
“David. Matt Kuchar no tiene caddie y te recomendé con él. ¿Puedes hacerle el favor? Si dices que sí, tienes que estar con él los siete días de la semana”.
El caddie se presentó con Kuchar y tuvo entendimiento inmediato. El golfista quería un caddie que conociera el campo, la región y ‘el Tucán’ encajaba perfecto con el perfil. Tanto fue su entendimiento que dominaron el torneo desde la primera a la última ronda.
-¿Estás consiente de que el hito te puede catapultar a ser caddie en alguno de los tours profesionales y cambiar tu vida?”
-Sí, por supuesto.
-¿Y qué harás?
“Ahora sólo quiero disfrutar el momento y, si se da, voy a esperar esa llamada, una buena oferta”.
La costumbre es que el caddie reciba 10% de la bolsa cuando un golfista gana un torneo. Si Kuchar sigue esa línea ganaría 129,600 dólares.