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Miguel y lecciones para nunca rendirse

El mexicano abrirá el cuarto de la serie mañana, y tratará de mantener con vida a su equipo, Orioles.

¿Quién rayos es ese hombre? Fue la pregunta que se realizó Adam Jones cuando Miguel Ángel González se integró a la novena de Orioles en el 2012.

Meses más tarde y después de romper una racha de 15 años de ausencia en la postemporada de la MLB, el jardinero central de Baltimore conocía de qué estaba hecho aquel pitcher originario de Guadalajara, Jalisco.

Durante el tercer encuentro contra New York en la serie divisional de la Liga Americana, González estuvo a cargo durante siete entradas y su participación se resumió en cinco hits, una carrera y ponchó a ocho oponentes en el Yankee Stadium. Ese partido se tuvo que definir en extra innings, pero la jugada final la realizaron los de casa.

El mexicano en aquella ocasión justificaba su estancia en el conjunto que sólo ha ganado tres series mundiales. Aunque Miguel Ángel no ostenta el mejor sueldo de la franquicia -ocupa el sitio 20 de 25 jugadores que conforman la plantilla- ni está dentro los pitchers con más juego jugados, es el cuarto lanzador de la franquicia con más juegos ganados (10-9) y una efectividad de 3.23 y, de acuerdo con sus números, se coloca en el sitio 69 de toda la MLB. Su valor, según palabras de Rick Adair, coach de Pitcheo de Baltimore, es su perseverancia.

La oportunidad de estar bajo las órdenes de Buck Showalter tiene como origen a Fred Ferreira, quien es ahora director ejecutivo de reclutamiento internacional de Orioles. Ferreira lo vio durante un juego de exhibición en Mazatlán y lo encantó con las bolas rápidas que lanzó. Meses después de ver a aquel chico, Ferreira tenía la respuesta a las preocupaciones de Dan Duquette, vicepresidente de operaciones, quien se lamentó de la falta de profundidad en el pitcheo, se relata en el portal de Orioles.

Ante tal preocupación, Ferreira respondió: Acabo de ver al chico que nos puede ayudar . Parecía que su trabajo rendía frutos.

Otro de sus promotores fue Ron Johnson, entrenador de Norfolk -sucursal en ligas menores de Baltimore- que cada que recibía llamada de Showalter le recordaba que no se olvidara de Miguel. Johnson contó para el portal de deporte ESPN que González no se había quedado en el equipo después del entrenamiento de primavera, pero siempre que ocupó al tapatío, éste respondía y nunca paró de insistir, hasta que González debutó en Las Grandes Ligas.

Cabe señalar que el camino del tapatío comenzó en el 2005 en la divisiones inferiores de Angelinos y la gran oportunidad la tuvo en el 2008 cuando Red Sox lo seleccionó en el draft, mismo año en el que volvió a aparecer una lesión en la rodilla derecha que requirió operación. Fue a los 12 años cuando se había roto el menisco y pasó siete meses en recuperación. Posteriormente se lesionó el codo y se sometió a la cirugía denominada Tommy John . Se ausentó del diamante durante dos temporadas.

Otra vez debía empezar de nuevo a construir, cosechar logros y tener paciencia. El mexicano declaró para ESPN que las lesiones le ayudaron: Hicieron que fuera al gimnasio todos los días, intentando mejorar y haciendo todo lo posible para regresar. Incrementé mi velocidad. Me hice más consistente. Sabía que podía lanzar en las Grandes Ligas

Rick Adair relató para el portal de Baltimore que lo que ha pasado físicamente y el tiempo que ha invertido en recuperarse le mostró que había algo dentro del mexicano y eso lo denominó como perseverancia y además tiene confianza, la cual tendrá que reflejar al ser el encargado de lanzar en el cuarto juego de la serie de campeonato.

yesme.cortes@eleconomista.mx

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