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Regresar del retiro, no siempre es buena opción

Después de ser los mejores, el retorno a la competencia siempre tendrá un gran rival, el pasado y las glorias de ellos mismos.

Dejar el deporte después de años de alto rendimiento es, para muchos atletas, la decisión más importante de su vida y, al mismo tiempo, la menos esperada por muchos que quieren seguir viendo a sus más grandes estrellas deportivas en lo más alto.

Es quizá por ello, o por la necesidad de estar hasta donde su capacidad física lo permita practicando deporte, que algunos atletas tras varios años o meses de retiro, anuncian su regreso. Tal es el caso de Michael Phelps, El tiburón de Baltimore, que por dos ciclos olímpicos cautivó a todo el mundo y conquistó la historia deportiva, al conseguir 22 medallas en Juegos Olímpicos, 18 de ellas de oro.

El estadounidense, quien anunció su retiro en Londres 2012, hace apenas unos días volvió a las competencias con la mira en la justa veraniega de Río 2016. Y aunque en su primera competencia oficial, el fin de semana pasado, hizo el mejor tiempo en los 100 metros mariposa durante la clasificación, no logró ganar en la final y fue superado por Ryan Lotche.

Y es que son pocas las historias de atletas que resurgen del retiro y logran tener un nivel igual o mejor que antes de decir adiós por primera vez.

Uno de los casos de éxito más significativos es el del basquetbolista Michael Jordan, quien en 1993, luego de que su padre fuera asesinado, anunció su retiro de la NBA. Dos años después, el legendario 23 de su dorsal regresó a Chicago, a quienes guió a tres títulos y además personalmente, se adjudicó el MVP en tres ocasiones.

No obstante, no todos los regresos son exitosos. Entre los casos más famosos están el de Michael Schumacher, quien se retiró en el 2006 luego de ganar siete campeonatos mundiales en la Fórmula Uno. A su regreso en el 2009, llegó a la escudería Mercedes, donde en tres temporadas logró dos cuartos lugares y sólo subió al podio una vez, siendo tercero en el Gran Premio de Europa del 2012. Justo ese año anunció su retiro definitivo.

Caso parecido al del ciclista Lance Armstrong, quien luego de haber conseguido siete títulos del Tour de Francia se retiró en el 2005, sin embargo, para el 2009 regresó y fue tercero en la Grande Bouclé, pero las dudas sobre su dopaje lo seguían persiguiendo y en el 2011 anunció su retirada definitiva. Gracias a su regreso, la USADA tuvo argumentos suficientes para demostrar su dopaje y quitarle todos sus títulos y palmarés.

Otro caso, también poco afortunado, fue el de Justine Henin, tenista que en el 2008, a sus 25 años, anunció su retiro de las competencias argumentando cansancio por la exigencia física que había tenido en toda su carrera. Se retiró como la número uno del mundo. En el 2010, volvió a la competencia pero no logró nada importante, así que en el 2011 se retiró definitivamente.

Más añejo aún está el retiro del también nadador estadounidense Mark Spitz, un legendario atleta que ganó nueve medallas de oro en su carrera y se retiró tras los Juegos Olímpicos de Múnich 1972. Spitz intentó volver para clasificar a los Juegos de Barcelona 1992, pero su regreso resultó un rotundo fracaso, pues no logró un lugar en la justa de aquel año.

En la natación también Ian Thorpe, la figura de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 y Atenas 2004, se retiró del deporte de competencia en el 2006, aduciendo falta de motivación para seguir nadando. Intentó regresar en el 2011 para clasificar a los Juegos Olímpicos de Londres, pero no lo consiguió. Hace apenas unos meses, se reveló que sufrió de depresión, por lo que recurrió a las drogas y al alcohol, también se anunció que no volverá a nadar en competencias debido a una infección en el hombro.

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