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Semenya, la sudafricana que busca revancha

Hace dos años, Caster estuvo en boca de todos por las dudas sobre su género, hoy, con la aprobación de la IAAF quiere demostrar al mundo sus capacidades en el tartán en el Mundial.

A Caster Semenya la vida le cambió, literalmente, en poco menos de dos minutos y hoy, la sudafricana, especialista en la distancia de 800 metros, tendrá como reto demostrar lo que hace dos años logró entre polémicas y dudas.

Un gran reto. No sólo porque Semenya es la campeona mundial vigente de la distancia, título que logró en Berlín 2009, sino porque desde entonces nada ha vuelto a ser igual para ella.

En ese entonces Semenya no sólo se vio envuelta en la polémica por su aspecto físico. Sus 1.73 metros de estatura, aunados a su 65 kilogramos de hombruna musculatura resultaron intrascendentes cuando se revisaron sus antecedentes deportivos.

Haciendo un recuento de lo que había logrado los 10 meses previos al Mundial del 2009, se supo que la sudafricana había rebajado su marca personal de manera impresionante. En el campeonato juvenil, realizado en octubre del 2008, Caster consiguió correr los 800 metros en un tiempo de 2:04.23.

Apenas cuatro meses después, Semenya redujo su tiempo en la distancia en casi cuatro segundos, al cronometrar 2:00.58 en la prueba en una reunión atlética sudafricana.

El 31 de julio del 2009, Semenya volvió a sorprender al coronarse en el Campeonato Africano Junior, con un tiempo de 1:56.72. Es decir, en tan solo nueve meses, su registro se redujo 8 segundos. Es por ello que en Berlín, con su marca de 1:55.45 minutos en la distancia, la compatriota de Zola Budd generó muchas dudas.

Porque aunque hay varias atletas que han corrido la distancia en menos tiempo, ninguna había logrado rebajar sus marcas en tan pocos meses. Por ello tuvo que enfrentar las dudas sobre su género.

El reto de competir contra sí misma

No sólo la vida de la sudafricana cambió por completo tras el escándalo, también su carrera. Debido a la fuerte depresión que tuvo que enfrentar la joven de apenas 18 años en ese entonces, decidió alejarse de las competencias y en el 2010, en medio de la indecisión de la IAAF para permitirle correr como mujer, decidió regresar a competir en julio, aunque estuvo muy lejos de su marca en Berlín.

En agosto de ese año volvió a competir en una competencia local y en septiembre ganó una competencia nocturna en Milán, donde completó los 800 metros en 1:58.16 minutos. Este 2011, la sudafricana corrió en las reuniones de Eugene y Oslo de la Liga diamante, en la primera terminó segunda y en la capital noruega se quedó con el tercer puesto.

Sabe que su gran reto es competir contra ella misma. Quizá, en Daegu pueda saborear su segundo título mundial y celebrarlo sin esconderse.

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