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Tebow, el jugador bravío y salvaje
Tebow revela el mote de su equipo. En cada acarreo, difícilmente deja de ser bravío. Embiste de frente, con la evidente tensión de sus brazos en los que sólo porta su acordeón de jugadas. Menos purasangre y más salvaje, más entrega que pasador.
Tim Tebow revela el mote de su equipo. En cada acarreo, difícilmente deja de ser bravío. Embiste de frente, con la evidente tensión de sus brazos en los que sólo porta su acordeón de jugadas. Menos purasangre y más salvaje, más entrega que pasador. Sin temor al duro golpe que lo envíe a la banca.
Para ganar yardas complicadas, ataca con la cabeza por delante. El espíritu y vehemencia para jugar en Broncos de Denver lo extrajo de su vicepresidente de equipo y leyenda: John Elway.
El nacido en Filipinas tiene 21 partidos desde que llegó de la Universidad de Florida a la NFL en el 2010 (donde en cuatro años tuvo 9,285 yardas, 88 touchdowns y 17 intercepciones). Como profesional suma 2,383 yardas, registra 17 anotaciones y nueve entregas al rival. Su rating de 75.1 sería mofa para amos del aire como Drew Brees, Aaron Rodgers y Tom Brady, incluso para el inolvidable número 7 de la franquicia.
Pero en el field, Tebow concibe llevar la bola él mismo hacia el éxito que muchos le niegan; así lo ha hecho 175 veces en las que ha tomado el balón, ha dejado atrás 937 yardas y ha sido vitoreado 13 veces en las diagonales del oponente; cuatro de ellas, a domicilio.
Cuando se piensa que ir cuesta arriba en condiciones adversas ante rivales de más jerarquía en historia es complejo, el zurdo de 24 años presume seis regresos en el último cuarto y siete series ofensivas para el triunfo, incluida la de hace dos días contra Pittsburgh.
Tras una oncena de quarterbacks precedentes al del jersey 15 y posteriores a la era Elway (1998) que sólo hicieron participar en cuatro postemporadas al equipo dos veces campeón de la NFL, Tim Tebow tiene la sangre para extasiar a los fanáticos de Denver.
