BID y ULSA impulsan a Pymes familiares

Guillermo Vázquez, director de la distribuidora de productos hidráulicos, neumáticos y de vacío, Equipos Yahn, tuvo la inquietud de profesionalizar su empresa familiar y fortalecer la supervivencia, competitividad y crecimiento de la organización cuando se dio cuenta de que entre sus hermanos, que también participaban activamente en ella, los lazos sanguíneos interrumpían el desarrollo del negocio.

En México, 90% de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) son familiares, generan 85% de los empleos y aportan un porcentaje alto al PIB nacional.

Con el propósito de establecer y validar un modelo de protocolo familiar y de estructuras de gobierno para la profesionalización de las Pymes, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Universidad La Salle realizaron el Programa Piloto de Implantación de Protocolo de Familia en Pymes Familiares.

Cambio de generación

“Al realizar un estudio de las empresas familiares en el país, nos dimos cuenta de que cuando hay un cambio de generación en la dirección de la empresa, 80% tiende a desaparecer en promedio a los 1,500 días después de que se da esa sucesión, lo que impacta severamente a la economía nacional”, detalló Ignacio Moreno, coordinador del programa por parte de La Salle.

Eduardo Campos, consultor del programa, explicó que un protocolo familiar es como un testamento para la empresa, pues “ayuda a promover la unidad y la armonía entre sus miembros, a profesionalizarlos como propietarios y conservar en la familia los valores que la hacen fuerte”.

A través de talleres financiados por el BID y La Salle, quienes aportarán una cantidad aproximada a los 900,000 dólares cada uno, las Pymes familiares y los especialistas que deseen certificarse en consultoría podrán acudir sin ningún costo.

Un gran paso

Guillermo comenzó a trabajar en el protocolo desde noviembre de 2009, hasta el momento ha logrado coordinar su empresa, aterrizar ideas, llega a acuerdos y manejar los procesos de la organización.

“Nuestro protocolo familiar establece las reglas del juego para los socios de la empresa, el papel del Consejo Familiar, establece las políticas de toma de decisiones y permite manejar la organización de una manera más controlada y con decisiones que no afecte el desarrollo de la empresa en un futuro”, explicó el empresario de Querétaro.

A través de un protocolo familiar, la empresa pueden:

1. Delimitar el acceso de los miembros de la familia.
2. Establecer los puestos de responsabilidad, tanto en la gestión como en el gobierno de la misma.
3. Definir las políticas de dividendos y la política de financiación en relación con los miembros de la familia.
4. Regular la transmisión de las acciones.
5. Definir a los interlocutores a nivel del grupo familiar con los gestores de la empresa.
6. Determinar la información a suministrar a los grupos familiares.
7. Crear una asamblea y el consejo familiar.
8. Prever la sucesión de los fundadores de dichas empresas.

Consultores

A la fecha, la Universidad La Salle y el BID han certificado a 6 consultores, están capacitando a más de 30 y han asesorado a 150 empresas de Puebla, estado de México y Distrito Federal.

Toda empresa familiar que esté interesada en tomar estas asesorías y talleres puede solicitar informes a la Universidad, que le asignará un consultor certificado:

Benjamín Franklin número 47, colonia Condesa, Distrito Federal, México. Código Postal 06140. Teléfono: +52 (55) 5278-9500, al 99.

Para ser candidata a recibir esta asesoría la empresa debe:

1. Tener al menos dos miembros de la familia trabajando en la organización o participando activamente en la toma de decisiones del negocio.
2. Tener al menos 7 años operando en el mercado.