Hostigamiento laboral, denuncia recurrente

La revaloración ética, prioridad de cada empresa

De acuerdo con el estudio “Tips Anónimos 2011. Panorama de la denuncia anónima en las empresas mexicanas”, la queja que más se presenta es el hostigamiento laboral, con 14%, seguido por el abuso de autoridad con 12% y finalmente por fraude, representado por 11% del total de las incidencias.

En lo que se refiere a medios de denuncia, durante el periodo 2011, el Centro de Contacto (01800 gratuito) es el que más se utilizó, seguido por el correo electrónico y la página web. En lo que respecta a la denuncia directa fue del 53%, por encima de la anónima que constituyó un 47 por ciento.

“Si bien los denunciantes proporcionan sus datos completos, tienen la certeza de que ésta se maneja con absoluta confidencialidad. Esto es un excelente indicador del nivel de confianza que los empleados han desarrollado hacia los sistemas de ética y denuncia que han implementado las organizaciones en las que colaboran”, señaló Juan Manuel Torres, Socio de Enterprise Risk Services de Deloitte México.

En lo que respecta a la industria de Manufactura, el hostigamiento laboral creció 8% respecto al período 2010, colocándose como la denuncia más reportada, seguida del conflicto de intereses con el 15 por ciento.

Sectores como Construcción, Bienes Raíces, Energía y Recursos Naturales, por la propia dinámica del negocio son propensos a sufrir daños al patrimonio por prácticas de fraude o corrupción en algunas de sus áreas. En el caso de Servicios Financieros, prevalece la modalidad de desviaciones a políticas con un 34% de las denuncias.

La revaloración de la ética como principio rector de las organizaciones que garantice una actuación correcta, es hoy una prioridad de cada negocio. Su objetivo es contribuir a la prevención de la conducta ilícita. Debe ser planeado y dirigido desde la alta dirección de las empresas, apoyado en un programa de comunicación, a fin de lograr trasmitir a los empleados, clientes y proveedores lo que se espera de ellos en una dinámica que se rige bajo un enfoque de manejo inteligente del riesgo.

“La atención a la ética y la reputación ya no se enfoca solamente por los reguladores y accionistas de las empresas, sino también a las partes interesadas con el objetivo de crear una buena relación e imagen", concluyó Juan Manuel Torres de Deloitte México.