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La inclusión de género ¿a una generación de distancia?
La sociedad está más consciente y convencida de los beneficios de la igualdad, pero ésta requiere del impulso desde varios frentes para acelerar los cambios: Manpower
La sociedad está más consciente y convencida de los beneficios de la igualdad, pero ésta requiere del impulso desde varios frentes para acelerar los cambios: Manpower
La conversación sobre la inclusión laboral está estancada. Se ha discutido mucho sobre por qué no hay suficientes mujeres en puestos de liderazgo en las organizaciones, pero ha habido poca acción para acelerarlo. De seguir con este laissez-faire (dejar que las cosas tomen su curso sin intervenir), tomará más de dos décadas lograr la igualdad de género, señala un estudio de Manpower.
La encuesta revela que los líderes mundiales creen que tomará 17 años cerrar la brecha de género. Es en este grupo donde está el poder de decisión de las empresas, pero llama la atención que muchos de ellos creen que la labor ya está hecha y la brecha cerrada. Los Millenials están seguros que serán la generación que cierre la brecha, pero tomará al menos 22 años para que suceda.
Pero ¿pueden las empresas darse el lujo de esperar otra generación y dejar ir el potencial humano de las mujeres millenials, quienes, desilusionadas del mundo corporativo, están abriendo sus propias empresas? En Reino Unidos, la proporción de mujeres en el autoempleo creció a casi un tercio desde 2008 y en Estados Unidos se estima para el 2018, un tercio de los empleos provendrá de empresas creadas por féminas.
Por ello, Cari Domínguez cree que la inclusión de género debe acelerarse y para ello necesita un nuevo impulso desde diferentes frentes. Ella es miembro del Comité Directivo de ManpowerGroup y por más 15 años ha encabezado diferentes esfuerzos hacia la igualdad de género. En 2001 fue presidenta de la Comisión de Igualdad y Oportunidades Laborales en Estados Unidos, entre otros cargos.
“Tiene que ser un esfuerzo colectivo”, señala, y en este esfuerzo deben participar gobierno, empleados, inversionistas, comunidades, en un diálogo en el que los hombres no se sientan amenazados”.
Y es que, una de las barreras que impide el progreso de la mujer es que la cultura masculina está muy arraigada, ejemplo de ello es la forma en cómo se mide el rendimiento, que es la ruta para avanzar en la empresa, y que incluye viajes, largas jornadas y tiempo fuera de la casa. De continuar esta medición, las mujeres continuarán estancadas.
Cari Domínguez tiene maestría por la School of International Service de la American University en Washington y es reconocida como una de los “100 hispanos más influyentes de Estados Unidos” por la revista Hispanic Business. En 1989 entró al Departamento del Trabajo de EU donde promovió la iniciativa Techo de Cristal, un tema impopular en la mayoría de las empresas.
En Europa, señala el estudio de Manpower, sólo 27% cree que las cuotas de género funcionan, frente a 39% de la región Asia Pacífico y 35% de América. Sin embargo, Domínguez considera que las mujeres, con su poder de compra, pueden obligar a las empresas a realizar acciones reales en favor de la inclusión.
Domínguez considera que la reciente obligación de las empresas públicas en Estados Unidos de divulgar los sueldos por género que pagan, tendrá un efecto positivo en este tema.
“Lo que tenemos que buscar es una solución sistémica de la cultura, porque hasta ahorita todo depende del individuo que está al mando de la organización, pero se necesita un impulso colectivo desde distintos sectores para en realidad acelerar los cambios. Si no lo tenemos nos va a llevar 70 años lograr la igualdad”, advierte.