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La receta para emprender en el mundo restaurantero
Se requiere pensar la experiencia que el público quiere vivir, la calidad y brindar buen servicio
Mi Mero mole son los restaurantes. Primero aprendí a hablar el lenguaje restaurante del español y, desde que tengo memoria, he estado impregnado de la industria de la hospitalidad en primera fila y desde la cocina.
Una de las lecciones que he aprendido es que un buen cocinero sabe diseñar una receta y estandarizarla, pero un chef sabe que cocinar también es arte, y el arte no es más que una forma de hacer sentir a la audiencia.
Un empresario tradicional corre el riesgo de planear un restaurante pensando en optimizar al máximo costos, procesos y sueldos, pero un modelo de negocio rentable también consiste en pensar en la experiencia que el público querrá vivir, por ende, compartir y repetir. A esto le llamo la receta campechana: la mezcla idónea entre ciencia y arte, la sinergia entre rentabilidad y creatividad.
Antes de emprender fui vicepresidente de Operaciones de Marcas Premium en CMR, y antes director comercial. Al abandonar ese camino nació Mero Mole: consultoría orgullosa de ser mexicana especializada en negocios restauranteros, que nació después de detectar que ocho de cada 10 restaurantes en México cierran antes de los primeros cinco años.
Una de las razones es la sobredemanda cuando hay un mercado hambriento de experiencias distintas como insumos de calidad, marcas divertidas, empresas responsables, e historias que contar.
Así, la misión de Mero Mole fue decirle al mundo restaurantero internacional: “Somos best in class”. Hoy, tenemos penetración en ocho países y más de 160 proyectos, todos bajo la premisa: “Hacemos restaurantes y food halls a nivel global que crean experiencias extraordinarias para sus usuarios e inversionistas”.
Por ello, a continuación enlisto cuatro puntos a considerar para emprender en el sector restaurantero.
1. Si no estás lo suficientemente loco, no abras un restaurante
Parece contraintuitivo que haga esta aseveración, pero, en el mundo de los restaurantes, la frase “el diablo está en los detalles” es ley.
Esta industria es para quienes lo dan todo en la cancha, porque es demandante hasta las chanclas. No importa cuántas veces hayas brindado un servicio excepcional, si tienes un ínfimo error, basta para que un comensal se vaya con un mal sabor de boca y pase la voz.
El comensal jamás perdonará un pelo en la sopa ni a un mesero mal encarado, a pesar de que el resto haya sido excelente.
Hacer equipo es pan de cada día, o todos nos vemos bien o todos nos vemos mal, el esfuerzo es perpetuo. Hay que recordar que un restaurante es lo más parecido a un teatro: cuando entra un comensal, el espectáculo comienza y cada miembro del staff tiene un papel estelar para que todo el show sea exquisito, desde la recepción, entradas, plato fuerte, postre, sobremesa hasta la despedida.
2. Restaurant experience design: lo que no se mide no se puede mejorar
En este negocio, hay variables infinitas para tener éxito. En la era del diseño focalizado en su usuario (human center design), nos dimos a la tarea de llevar el principio del design thinking al universo restaurantero, ¿cómo hacemos centros de consumo sorprendentes que satisfagan las necesidades del usuario en cada minuto de su visita?
Nuestra meta fue trazar a priori la experiencia que queremos brindar, lo que se traduce en la selección de estímulos sensoriales desde el perfil gastronómico hasta los aromas, musicalización, actitud del staff, arquitectura e interiorismo, con el objetivo de cumplir nuestro principio rector: no puedes ser todo para todos.
En México, hay más de 550,000 restaurantes, de los cuales aproximadamente 40% son de comercio informal, 55% independientes y sólo 5% de cadena. Me pregunto, ¿cuántas de esas propuestas satisfacen las mismas necesidades o están compitiendo por el mismo mercado? ¿Cuántos de ellos son restaurantes estratégicos?
Una de las armas más potentes del juego es la diferenciación de marca. Piensa en tu razón de ser y llévala al extremo haciendo una declaración de marca en cada punto de la experiencia. Si vendes carne, galletas, café o lo que quieras, siempre sé el mejor. El mundo de los restaurantes exitosos no es de tibios.
3. Sobre tendencias y consumidores contemporáneos, entenderlos es clave
Sí, la competencia es amplia, pero el panorama en la industria de alimentos y bebidas está creciendo de maneras que no se habían visto antes y mucho tiene que ver por el cambio en usos y costumbres de las nuevas generaciones que se están integrando a la fuerza laboral de México.
Para crear un concepto, primero tienes que encontrar tu categoría y para ello es importante saber los dos grandes rubros en los que se divide la industria: full service restaurants (Fsr)que engloba las categorías fine dining, fine casual y casual dining, y quick service restaurants (QSR) que tiene fast casual y fast food.
En FSR, hay una inclinación hacia lo casual y ambientes informales para convivir, por lo que las dos categorías con mayor crecimiento son fine casual y casual dining, ya que son restaurantes que ofrecen alimentos, bebidas (bar completo) y entretenimiento, todo en atmósferas relajadas con foco en la experiencia. Incluso los restaurantes fine dining están haciendo esfuerzos por sacudirse lo acartonado.
En QSR, el fast casual está creciendo con la llegada de los food halls (mercados gourmet) a nivel internacional. Pocas marcas de fast food están haciendo esfuerzos claros por satisfacer las necesidades del nuevo consumidor, quienes buscan alimentos menos procesados y pretenden estilos de vida más saludables.
4. La marca se cocina desde adentro, pon atención en tu gente e impulsa la mejora continua
Tu primera audiencia es la gente que trabaja contigo, cada miembro debe ser seleccionado y tratado como un ingrediente premium, porque ¿cómo podrías ofrecer hospitalidad de primera hacia afuera si dentro de la organización no hay una cultura de bienestar e inspiración?
Un ejemplo es Ritz-carlton, una de las cadenas líderes en el sector hospitalidad, con la visión de empoderar a su equipo enalteciendo cada gesto de servicio que se brinda al cliente.
En todas sus actividades, se rige bajo el concepto “Ladies and gentlemen serving ladies and gentlemen” (“Damas y caballeros sirviendo a damas y caballeros”).