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El Empresario

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Los siete pecados de la planeación estratégica

El final de año resulta el tiempo idóneo para pensar en renovación, alcanzar metas, poner orden a la organización.

El final de año resulta el tiempo idóneo para pensar en renovación, alcanzar metas, poner orden a la organización. ¿Será este un año más de buenas intenciones que posiblemente no logremos? Con frecuencia cometemos pecados capitales en nuestra empresa:

1. La Lujuria: El deseo sin racional que no está planteado en términos reales, sino como una ambición que cualquier empresa podría desear.

Desarrolle su planeación con base en un diagnóstico real y cuantitativo. Es importante una visión ambiciosa, pero el punto de partida es el que genera las acciones inmediatas.

2. La Gula: Ante un banquete de acciones de mejora, lo natural es querer hacer todas, sin orden ni balance. Aún peor cuando las acciones son “iniciativas estratégicas” que provienen de deseos genéricos de mejora.

Enfoque su planeación a través de una cartera de proyectos estratégicos: Una cantidad moderada de proyectos transversales, donde sea posible identificar avances e impactos. Con una lista genérica de iniciativas de mejora no sabrá ni que proyecto le hizo bien, ni cuál le hizo mal.

3. La Pereza: La ha logrado diseñar un escenario de su operación y no es capaz de diseñar otro: ¡Deséchelo!

Diseñe su planeación contrastando escenarios. Suponga varias estrategias frente a su situación actual ¿Qué pasaría si tomáramos una actitud agresiva en el mercado? ¿Si fuéramos conservadores? Evite el planteamiento de buenos deseos que a todas las personas de cualquier organización le gustaría que pasaran: Vender más a través de nuevos clientes, Vender más a cada cliente, Reducir costos, utilizar más los activos. ¡Mejor no pierda su tiempo!

4. La Avaricia: ¡Asigne recursos a su planeación! Las mejoras de las áreas se obtienen del presupuesto de las áreas, las mejoras de la organización se obtienen a través de los proyectos transversales.

Asigne un presupuesto exclusivo a la realización de proyectos estratégicos.

5. La Ira: Si usted piensa que las desviaciones del plan se deben sólo a errores en la operación, no es consciente de un proceso de dirección.

Plantee su planeación como parte de un proceso de dirección. La planeación, seguimiento e integración de escenarios son componentes inseparables para dirigir su organización y deben estar expresados en los mismo términos.

6. La soberbia: Sea humilde consigo mismo: Diseñe su planeación en términos de una comunidad de referencia.

7. La envidia: La comparación debe sugerir un reto, no una desilusión. No tiene sentido generar un malestar por la comparación, sino generar un reto.

Plantee metas comparativas retadoras de acuerdo a su capacidad actual.

¡Comience este año con una dirección realista, coherente, acorde a su situación actual y planteada en términos de su operación! Le deseo que este año –ahora sí-, logre sus objetivos!

El autor es director general de The Business Performance Institute, despacho de consultoría especializada en diseñar la Prospectiva Estratégica, Evaluación del Desempeño Organizacional y la Gestión de Procesos de Negocio en organizaciones gubernamentales y públicas, a nivel nacional e internacional.

www.competitividad.org

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