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Multiplica la inteligencia de tus empleados
Evita ser un líder reductor y desarrolla el potencial de tu equipo
Evita ser un líder reductor y desarrolla el potencial de tu equipo
Para todas las empresas es imprescindible que sus líderes sepan desarrollar las mejores habilidades de su equipo de trabajo, sin embargo, hoy en día, potenciar la inteligencia emocional de los empleados y enfocarla hacia un mayor crecimiento, suele ser una tarea difícil de ejecutar.
“Existen dos tipos de líderes: los reductores, que son aquéllos que se ven rebasados por su propia inteligencia y acaban inhibiendo el desarrollo de su equipo laboral, y los multiplicadores, quienes utilizan todos sus recursos (inteligencia y conocimiento) para desarrollar el potencial de todo el personal de la empresa”, refirió Liz Wiseman, autora de el libro Multiplicadores, cómo potenciar la inteligencia de tu equipo.
Estudios realizados por la escritora demuestran que convertirse en un líder multiplicador genera mucho más rendimiento en las empresas, ya que la productividad de los trabajadores puede elevarse hasta 100%, en cambio, un líder reductor sólo obtendrá 50% del rendimiento de sus empleados.
Wiseman afirmó que para potenciar la inteligencia del equipo de trabajo es necesario que los líderes de las compañías se enfoquen en desarrollar cinco habilidades fundamentales:
- Imán de talento. Aquí el líder de la organización debe contratar al personal adecuado; sobre todo, debe preocuparse por averiguar cuáles son las habilidades particulares del colaborador, para que trabaje con libertad y con gusto; esto genera que cualquier persona tenga deseos de trabajar con él.
- Capacidad de ser liberador. Esta característica se enfoca en que el líder de la compañía debe tener la capacidad de permitir que su personal trabaje sin presiones, lo que generará un ambiente de libertad, y es ahí donde se obtendrá el mejor rendimiento de las personas.
- Líder retador. El dirigente de la organización debe retar constantemente a su equipo, debe confiar plenamente en sus miembros, sin decirles qué hacer, e invitarlos a realizar aquello que proyecta sus cualidades.
- Promotor de debate. Un multiplicador identifica ciertas cuestiones sobre las cuales hay que pronunciarse; el líder debe involucrar a su equipo para que también dé su opinión y sus argumentos, en pos de tomar decisiones conjuntas.
- Dirigente inversionista. Esta característica es una de las más difíciles de cumplir, ya que el líder debe identificar plenamente que su equipo es capaz de tomar decisiones y, por consiguiente, debe delegar responsabilidades y retroceder en el momento justo.
Asimismo, comentó la especialista, es fundamental que dichas características sean desarrolladas cuando las organizaciones son pequeñas o medianas, y se encuentren en proceso de incubación o evolución, pues es más fácil implementar medidas cuando el presidente o fundador del negocio se rodea de gente que sabe proyectar su inteligencia hacia un mejor rendimiento.
“Hay dos ideas que el emprendedor debe tomar en cuenta; la primera es que los reductores obtienen menos de la mitad del rendimiento de su gente, y la segunda es que cuando tomas todas las decisiones y controlas todo lo que pasa en tu negocio, estás desacelerando el ritmo de crecimiento a mediano y largo plazo”, agregó la escritora.
De acuerdo con Wiseman, cuando las firmas ya tienen costumbres arraigadas sobre estos conceptos, existen dos caminos para el desarrollo pleno de estas habilidades: que las empresas aprendan por sí solas a desarrollar habilidades que impulsen la inteligencia del personal o que se rodeen de gente con paradigmas multiplicadores.
“He conocido a lo largo de mi carrera muchos empresarios que comienzan como líderes reductores, pero sobre la marcha, aprenden cómo potenciar la inteligencia de su gente. Y también he conocido empresas que son muy exitosas, cuyo fundador o presidente sigue manteniendo este estilo reductor pero, para compensarlo, contratan directores financieros que tienen paradigmas multiplicadores”, refirió.
Wiseman comentó que no existe mejor ejemplo para este contexto que la empresa Apple. “Steve Jobs tenía varias cualidades de un multiplicador; sin embargo, era un líder reductor. La gente que trabaja en Apple decía que al principio era un infierno, porque él era un tirano: controlaba todo, dudaba de la inteligencia de los demás... Pero, sobre la marcha, evolucionó y decidió contratar a Tim Cook, que es un líder totalmente multiplicador. Hoy, después de la muerte de Jobs, Apple tiene un ambiente ideal para trabajar”, refirió Liz Wiseman.