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En la pandemia, privados ganan terreno a Pemex
Pese a la contracción del mercado y los escollos regulatorios, durante el primer semestre de 2020 la importación privada de combustibles automotrices creció, dando a los particulares 15% del abasto de gasolina y 24% del suministro de diésel.
A pesar del descenso del consumo de combustibles automotrices por la cuarentena para prevenir los contagios de Covid-19, durante el primer semestre de 2020 los importadores privados no frenaron su crecimiento en el mercado nacional y continuaron ganando terreno a Petróleos Mexicanos (Pemex), de acuerdo con cifras del Sistema de Información Energética de la Secretaría de Energía.
Entre enero y junio del 2020, en presencia de una contracción de 16% del consumo de gasolina –aproximado por oferta– a 684,566 barriles diarios en promedio, la importación de producto por parte de particulares creció 60% a 100,358 barriles diarios, lo que les permitió agenciarse 15% del mercado, casi el doble respecto de la cuota de 7.7% obtenida en la primera mitad del 2019.
Sólo durante junio, la participación de mercado de los privados alcanzó un récord de 19.7% como proporción del consumo, calculado de forma aproximada como la suma de la producción nacional y del producto importado por Pemex y por los privados, es decir, de la oferta. Dicho porcentaje fue equivalente a 113,548 barriles diarios de producto, monto 75% más alto que el de un año antes.
Por su parte, durante el sexto mes de 2020, el consumo nacional de gasolinas fue de 576,934 barriles diarios, cifra 0.3% inferior a la de mayo y 31% más baja que la de junio del 2019. Durante el primer semestre del 2020, la producción nacional abasteció 30% del consumo, mientras que las importaciones de Pemex, 55% y las importaciones de privados, el restante 15 por ciento.
Por lo que toca al diésel, el consumo cayó 19.5% a 328,553 barriles diarios durante el primer semestre, pero el abasto de los importadores privados creció 2.3% a 82,789 barriles diarios, con lo que su participación de mercado creció a 25.3%, desde el nivel de 19.8% observado entre enero y junio del año pasado. El abasto del 74.7% de mercado restante que retuvo Pemex fue el resultado de la suma de 37.1 puntos porcentuales correspondientes a la producción de la estatal y 37.6 puntos al producto que importó.
De forma análoga al caso de la gasolina, sólo durante junio, los importadores privados se agenciaron una cuota de mercado récord de 31.3%, equivalente a 93,603 barriles diarios respecto de los 299,161 barriles diarios consumidos, esto es, 11.9 puntos porcentuales más en comparación con la tajada de 19.4% conseguida en junio del 2019.
De acuerdo con la Comisión Reguladora de Energía (CRE), al 31 de marzo pasado se encuentran vigentes 216 permisos de importación de hidrocarburos y petrolíferos, de los cuales 103 son de gasolina, 68 de diésel, 16 de turbosina y gasavión, 24 de gas L.P. y cinco de crudo.
Tras el fin de la exclusividad de Pemex en la producción, importación y comercialización de petrolíferos en el país sucedida entre el 2016 y el 2017, tanto la importación por parte de privados como el número de estaciones de servicio de marcas diferentes a la de la empresa estatal ha crecido ininterrumpidamente.
Al 30 de junio del 2020 Pemex reportó una caída anual de 13.2% en el número de estaciones de servicio que operan bajo la Franquicia Pemex a 7,954 establecimientos y dio cuenta de otros 638 que operan bajo el esquema de sublicenciamiento de marca. En su reporte del segundo trimestre, reportó también que en el país hay 2,698 estaciones que operan con marcas distintas a Pemex y que son suministradas tanto por Pemex como por importación directa.
Crecen, pero hay obstáculos a la vista
De acuerdo con dicho reporte, al término del primer semestre del año, el número de estaciones de servicio bajo otras marcas equivale a 24% de las gasolineras en el país.
Las primeras unidades de servicio en México en operar con una bandera distinta a la de Pemex fueron reconvertidas los primeros días de junio del 2016 por las empresas Hidrosina y La Gas, en las ciudades de México, Mérida y Campeche. Posteriormente, en marzo del 2017, con la reconversión de una gasolinera en el municipio de Naucalpan, Estado de México, arribó a nuestro país la inglesa British Petroleum, que se convirtió en la primera marca internacional en entrar al mercado mexicano, abriendo paso a la posterior llegada de membretes como los de Shell, Total, Exxon, Repsol, Gulf o Arco, entre otras.
Marcas como Exxon Mobil, Shell, Total, BP, Arco y G500 son sólo algunas de las empresas que ya importan combustible vía terrestre (a través de ferrocarril) y vía marítima para abastecer sus puntos de venta, mientras que otras como Repsol e Hidrosina han manifestado su intención de empezar a internar carburante en el corto plazo.
No obstante, en los últimos meses diversas empresas estadounidenses han expresado malestar por los obstáculos que han encontrado en México para hacer negocios, bajo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la gestión de la secretaria de Energía, Rocío Nahle.
A finales de junio, los Fabricantes Americanos de Combustibles y Petroquímicos (AFPM) denunciaron a las autoridades energéticas mexicanas en una misiva enviada al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, donde refieren que están en riesgo las inversiones vigentes y futuras de las empresas estadounidenses en su vecino del sur, que lleva a cabo acciones como retrasar permisos y dar preferencia a las empresas del Estado. En particular, acusaron retrasos en permisos para desarrollo de infraestructura; cancelación de permisos de importación, y diseño de vacíos y exenciones que favorecen a la compañía nacional mexicana, Pemex. Estas acciones corresponderían a CRE.
octavio.amador@eleconomista.mx
kg