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Quesos, punto álgido en la actualización del TLCUEM
Bloque comunitario busca proteger 57 denominaciones de origen, nuestro país busca dejar fuera 10 y acaso se le concedería una, de acuerdo con Klaus Rudischhauser, embajador de la Unión Europea en México.
De ese grupo de indicaciones geográficas, los empresarios mexicanos pidieron que no se otorguen 10, cuyos nombres consideran que son de uso genérico: manchego, feta, gruyer, parmesano, morbier, asiago, gorgonzola, pecorino romano, munster y fontina.
Pero la contraparte no está de acuerdo en ello: “En el queso manchego puede haber una solución, para los otros productos es más difícil”, dijo Klaus Rudischhauser, embajador de la Unión Europea en México.
Entrevistado por El Economista, el diplomático argumentó que la Unión Europea no trata de ganar mercado con esta posición, sino obtener el respeto de las denominaciones protegidas que tienen un valor.
Rudischhauser expuso que la decena de indicaciones geográficas se trata de quesos cuyo nombre hace referencia a una región, están protegidas por derechos de propiedad intelectual y, algunas de ellas, se incluyen en el Acuerdo de Lisboa, del que son parte la Unión Europea y México y el cual contempla la protección de las denominaciones de origen.
Desde la perspectiva del bloque comunitario, en el mercado mexicano hay quesos que se venden usando las indicaciones geográficas europeas, engañando a los consumidores sobre el origen de los mismos, ya sea con el nombre del producto, la bandera del país de origen u otros símbolos vinculantes.
La posición de la Unión Europea es que esos quesos se sigan produciendo en México, pero sin ser comercializados con las denominaciones de origen europeas, sino con otros nombres. Con el objetivo de afianzar sus derechos en este ámbito, la Unión Europea pretende incluir una serie de regulaciones en la modernización del acuerdo comercial con México y obtener el reconocimiento adecuado de los derechos de propiedad intelectual. “Buscamos ampliar el alcance y el nivel de protección a través del TLCUEM”, expuso Rudischhauser.
En la Unión Europea hay consejos reguladores de cada indicación geográfica, pero en la mayoría de los casos tienen recursos limitados para mandar inspectores alrededor del mundo y litigar casos en su defensa.
Los quesos forman parte de una lista más amplia, de 340 indicaciones geográficas, que la Unión Europea propuso a México, entre los que están el jamón de cerdo prosciutto di Parm (Italia), el vino Champagne (Francia) y la cerveza Bremer Bier (Alemania).
En Estados Unidos, la Federación Nacional de Productores de Leche y el Consejo de Exportación de Productos Lácteos destacaron que podrían imponerse restricciones a productos lácteos estadounidenses a través de regulaciones sobre indicaciones geográficas, dando como ejemplo que sus agremiados ya no podrían exportar el prosciutto di Parma o el prosciutto di San Daniele producidos en el territorio estadounidense.
Las negociaciones sobre las indicaciones geográficas son una de las de mayor confrontación, porque en ellas la Unión Europea ha tomado posiciones poco flexibles hasta hora, tal como lo confirmó Rudischhauser.
También tienen un alcance mayor, porque es una defensa que la Unión Europea ha impulsado a lo largo de décadas en distintos frentes, entre ellos las negociaciones multilaterales en el marco de la Organización Mundial de Comercio.
Una indicación geográfica es aquella que identifica un producto como originario del territorio de un país o de una región o localidad de ese territorio, cuando determinada calidad, reputación u otra característica del producto sea imputable fundamentalmente a su origen geográfico. En contraste con el sistema de indicaciones geográficas, Estados Unidos promueve la protección de marcas, confrontándose permanentemente con la Unión Europea.