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Tequileros firman compromiso para evitar contaminación

CRT y Semadet colaborarán con el fin de eliminar la deforestación y reducir la huella de carbono al producir la bebida.

Guadalajara, Jal. Con el objetivo de que la cadena productiva agave-tequila continúe siendo, no sólo “la marca país más importante de México”, sino ejemplo de responsabilidad y cuidado del medio ambiente, el gobierno de Jalisco y el Consejo Regulador del Tequila (CRT) firmaron un convenio de colaboración para evitar la deforestación y reducir la huella de carbono a lo largo del proceso productivo de la bebida.

En el marco de la vigésimo quinta reunión de la Conferencia de las Partes (COP25) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se desarrolla en Madrid, España, el CRT y la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) de Jalisco presentaron la iniciativa Tequila Libre de Deforestación.

“Con este convenio estamos haciendo el compromiso para trabajar en un esquema de certificación y encontrar alternativas para disminuir el impacto ambiental coadyuvando a la sustentabilidad de la cadena productiva agave-tequila y promoviendo procesos productivos responsables y garantizando el respeto al medio ambiente”, dijo a El Economista el director del CRT, Ramón González Figueroa.

Explicó que, a partir de enero próximo, sólo las plantaciones de agave que estén en el mapa que delimita las zonas forestales con las áreas que son aptas para el cultivo, serán las únicas que podrán registrarse ante el CRT a fin de que se puedan procesar para tequila.

“En enero tenemos que iniciar ya con las certificaciones. Se formó un grupo de trabajo entre la Semadet y el CRT que está diseñando la implementación del protocolo para la certificación. Se va a llamar Certificación Cero Deforestación y estamos armando los criterios medioambientales para la planificación de este mapa del estado de Jalisco”, detalló.

Área de acción

Otra de las áreas de acción, en las que trabaja el sector, es la reducción de la huella de carbono que, de acuerdo con el Centro Mario Molina, la cadena productiva agave-tequila, genera en promedio, tres kilogramos de bióxido de carbono por litro de tequila.

“Lo que no se mide no lo puedes mejorar ni puede ser un área de mejora continua. Hoy tenemos una inversión de 78,000 dólares entre el CRT y el Centro Mario Molina, que nos ha permitido, como cadena productiva, contar con la huella de carbono y la huella hídrica y ya tenemos muy claras las etapas donde se genera cada uno de estos contaminantes”, refirió Ramón González.

“El Centro Mario Molina entregó un software a cada una de las 156 plantas tequileras, en el cual, cada una va midiendo su huella de carbono”, precisó.

Con relación a las vinazas (líquido que produce el proceso de destilación) y el tratamiento del bagazo del agave, la industria ha invertido 83.2 millones de dólares en la instalación de plantas de tratamiento de vinazas, en plantas de composteo del bagazo del agave, en calderas de biomasa, celdas solares, lagunas de oxidación y el uso del biogás que se genera con las vinazas para sustituir el combustóleo.

El compromiso de la industria para el 2020, dijo González Figueroa, es tratar 70% de sus vinazas y en el 2030, 80 por ciento.

“Seguiremos trabajando para que esta cadena productiva no sólo reporte crecimiento a doble dígito, sino también inversiones del cuidado del medio ambiente”, comentó.

estados@eleconomista.mx

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