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Ahorro de afores, ¿hoy o mañana?
¿Cuándo vale más el dinero? ¿En el presente o en el futuro? ¿En la crisis de liquidez que está provocando la pandemia del Covid-19 o cuando las personas se jubilen?
Esas son las preguntas que vienen a la mente, a propósito de la iniciativa del diputado Mario Delgado para que se modifique la ley y los trabajadores puedan retirar hasta 13,307 pesos de sus ahorros en las afores.
La respuesta inmediata, para muchos, es que el dinero vale más hoy para los millones de mexicanos que no tienen ingresos, que en el futuro, cuando se jubilen porque, además serán tan exiguos sus ahorros que de poco les servirá en la vejez.
Sin embargo, si se analiza con mayor profundidad, la consecuencia de que los trabajadores puedan “ayudarse” a sí mismos o “rascarse” con los ahorros de sus afores, resulta que afectaría más precisamente a quienes menos tienen.
Y sin duda, afectará al propio gobierno, que tendrá que pagar pensiones vitalicias a muchas más personas de las que hasta ahora calcula.
¿Por qué?, porque los potenciales “beneficiarios” serían los trabajadores más vulnerables, es decir los de menores ingresos: los más jóvenes y ó los informales, los que recurrirían a esa alternativa.
Hay que ver los números completos. La iniciativa propone que 555,247 trabajadores que se quedaron sin trabajo en abril pasado tengan la posibilidad de retirar en una sola exhibición o en cuatro meses, un total de 13,307 pesos de sus ahorros en las afores.
En total, los trabajadores dispondrían de poco más de 7,400 millones de pesos.
En días pasados, el presidente Andrés Manuel López Obrador, reconoció que perderán sus trabajos alrededor de 1 millón de personas. En consecuencia la cantidad total de recursos que retirarían los trabajadores, rondaría los 14,800 millones de pesos.
Eso es en términos gruesos. Van los detalles
Más allá de los problemas implícitos para la liquidez de las afores, el hecho importante es que miles de cuentas de los trabajadores se quedarían vacías.
Un dato es muy relevante. hoy entre 20 y 30 millones de las 66 millones de cuentas del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) tienen saldos menores a los 13,000 pesos, cantidad que propone Delgado como tope para que puedan retirarlo de sus cuentas en las afore y el Infonavit.
Tales cuentas corresponden a trabajadores con pocas semanas cotizadas, entre ellos los jóvenes y los que transitan entre la formalidad e informalidad, que ganan entre uno y tres salarios mínimos.
Más o menos 25 millones de trabajadores ganan un salario mínimo mensual de 3,696.60 pesos.
Si se aprobara la iniciativa existiría la probabilidad de que entre 1 y 1.5 millones de trabajadores hicieran efectivo el retiro de sus ahorros y dejen en cero sus subcuentas de Retiro por Cesantía y Vejez Avanzada y su subcuenta de Vivienda.
Hay que recordar que el saldo remanente de un trabajador en su subcuenta de vivienda es parte del saldo total consolidado para su pensión al llegar a la edad de retiro (entre 60 y 65 años de edad) o del monto que podrá retirar en caso de que no cumpla con el requisito mínimo de 1,250 semanas cotizadas.
Es decir, el retiro de la subcuenta de vivienda también afecta sobre el monto del ahorro del trabajador al ejercer su derecho de retirarse.
Para decirlo más claramente, sí la tasa de reemplazo calculada hasta hoy es de 30%, ésta se reduciría en más de la mitad.
Paradójicamente aquellos pocos desempleados que cumplan con las 1,250 semanas cotiazadas (que en una proyección preliminar podrían ser del 10% de ellos o 100,000 personas más o menos) se harán acreedores a una pensión garantizada por el gobierno, de 3,350 pesos de hoy.
Suponiendo que 1 millón de personas realicen los retiros extraordinarios por desempleo, el gobierno mexicano tendrá que pagarles una renta vitalicia por esa cantidad.
La ayuda que recibirían hoy los trabajadores de sus propios ahorros, les serviría muy poco y les perjudicaría notablemente en su ahorro para el retiro.
Los trabajadores se estarían rascando con sus propios ahorros en las afores y muy probablemente la iniciativa generaría una rentabilidad política, con base en el sufrimiento ajeno.