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Opinión

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Aquel destape de 1987

En las décadas del PRI hegemónico, el dedazo sucesorio fue sufriendo un desgaste que se hizo evidente en la sucesión de 1987. Sería el penúltimo dedazo hasta que el dedo se cercenó con la presidencia de Zedillo.

Ahora, con Morena como el nuevo partido hegemónico parecido en muchos aspectos al PRI de antaño, pero en otros no, López Obrador readapta el dedazo en una nueva forma donde se adelantan los tiempos del proceso sucesorio, se designan abiertamente a precandidatos que, violando la ley, hacen precampañas, hay simulación con encuestas y el proceso está en manos de AMLO sin contrapesos corporativistas.  

Lo que no estaba previsto es lo que ha hecho Ebrard. El riesgo es una ruptura dentro de Morena que debilite al Presidente. Su reto será cómo manejar la disidencia de Ebrard en el supuesto de que no sea el elegido. ¿Se plegará Ebrard a la disciplina de AMLO o claudicará a Morena? Dudas en el aire…

Muchos han señalado una similitud del nuevo estilo de dedazo con la sucesión de de la Madrid en 1987. Recuérdese que en ese entonces ante el desgaste del proceso, la innovación consistió en nombrar abiertamente a seis aspirantes y se efectúo una pasarela de cada uno de ellos ante las fuerzas corporativistas y estatales partidistas. De los seis (Ramón Aguirre, García Ramírez, González Avelar, Bartlett, del Mazo y Salinas) quedaron los tres últimos como finalistas.

Vale la pena desempolvar el excelente libro de 1999 de Jorge Castañeda (JC) “La Herencia. Arqueología de la Sucesión Presidencial” para rememorar lo sucedido en ese 1987. No lo hago para señalar alguna similitud con el proceso de hoy. No la hay. Es simplemente recordar la anécdota y evocar el riesgo que existió de que a de la Madrid se le saliera el proceso de las manos.

Estaba previsto que el lunes 5 de octubre se anunciara al candidato. Pero Fidel Velázquez insistió en adelantarlo al domingo, porque percibió riesgos de eventuales filtraciones de la prensa. Había mucha efervescencia y las apuestas se dividían entre del Mazo y Salinas. El sábado 3 en Los Pinos –refiere JC- Federico, hijo del Presidente, iba rumbo a una pequeña cena informal con políticos, amigos y empresarios. Se topó con Emilio Gamboa (SP del Presidente) quien le desliza “es SG”, una infidencia ambigua, pues son las iniciales de Salinas de Gortari pero también de Sergio García. El hijo del Presidente menciona las iniciales a los comensales y cada quien pensó lo que quiso y cometió la indiscreción con gente cercana. La noticia llegó a un colaborador de del Mazo quien se lo informa. Éste, ya desencantado desde el día anterior por los fuertes rumores de que sería Salinas, quiere creer que a última hora el Presidente se decantó por un tercero en discordia, el Procurador. El domingo 4, muy temprano, del Mazo –con cámaras de TV– se presenta en el domicilio de García Ramírez diciendo “vengo a felicitar al candidato”. García Ramírez, prácticamente en pijama y con cara de incredulidad sólo balbuceaba. No se sabe quién y cómo se paró en seco este madruguete, pero inmediatamente destaparon a Salinas. Del Mazo fue nombrado embajador en Bruselas y el resto ya es historia...

Twitter: @frubli

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Economista egresado del ITAM. Cuenta con Maestría y estudios de doctorado en teoría y política monetaria, y finanzas y comercio internacionales. Columnista de El Economista. Ha sido asesor de la Junta de Gobierno del Banxico, Director de Vinculación Institucional, Director de Relaciones Externas y Coordinador de la Oficina del Gobernador, Gerente de Relaciones Externas, Gerente de Análisis Macrofinanciero, Subgerente de Análisis Macroeconómico, Subgerente de Economía Internacional y Analista.

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