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Opinión

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Arrasa el chileno Boric (gana el Grupo de Puebla)

La victoria del chileno Gabriel Boric en el balotaje presidencial de ayer 19 de diciembre, inclina la región latinoamericana hacia la izquierda.

Las últimas dos victorias las han logrado personajes con poca experiencia política: el peruano Pedro Castillo, un outsider de la política y; Boric, con poco menos de tres años como diputado. Las marcas políticas han caducado.

En el preámbulo político del balotaje presidenciale de ayer existen dos vectores clave que se conjugaron y dieron como resultante la victoria de Gabriel Boric. El primero de ellos fue el estallido social de octubre de 2019 cuya chispa que lo detonó fue el incremento del precio en el boleto del metro. La reacción del Gobierno de Sebastián Piñera fue equivocada e indolente; varios de sus ministros se burlaron de lo ocurrido y subestimaron el fenómeno social. No solo era el precio del boleto del metro lo que acumuló enojo entre los jóvenes, fue la desconfianza en la clase política, en particular, la que representa Sebastián Piñera.

El segundo vector representó cierto alivio al estallido social: la reformulación de la Constitución. El proceso constituyente sepultó a los partidos tradicionales y ascendió a líderes de la sociedad civil con perfiles variopintos y sin historias de corrupción.

Era poco probable que, después de las elecciones constituyentes, los chilenos optaran por la ultraderecha representada por José Antonio Kast, finalista en el balotaje presidencial. Gabriel Boric avanzó la primera vuelta ofertando una retórica que cruzó, por momentos, la frontera del antisistema. El balotaje hizo que volteara hacia el centro izquierda para sumar votos, sin embargo, su premisa ideológica proviene de la izquierda radical.

Para avizorar el recorrido político de los presidentes electos vale la pena revisar sus propuestas económicas. En el caso de Gabriel Boric se pueden leer en su "Acuerdo de Implementación Programático”, documento elaborado junto a los equipos económicos de los excandidatos Yasna Provoste y Marco Enriquez-Ominami (personaje cercano a Morena a través del Grupo de Puebla; al igual que el presidente López Obrador, Boric ha prometido acabar con el neoliberalismo).

Boric incrementará impuestos a las grandes empresas y gravará las grandes riquezas; reducirá la jornada laboral de forma gradual hasta llegar a las 40 horas semanales y creará subsidios directos a las reformas laborales. Boric promete crear 500,000 empleos femeninos y canalizar subsidios solo a ellas.

En el ángulo geopolítico se beneficia el Grupo de Puebla: mecanismo que hasta el día de ayer no contaba con medalla de oro. Boric se la ha dado y con ella, el chileno podría convertirse en especie de catalizador de la agrupación.

El Grupo de Puebla tiene aroma populista; personajes como Zapatero, aliado del dictador Maduro y con nota reprobatoria en economía, es uno de sus miembros. Cuidado.

@faustopretelin

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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